Abstract
El desinterés de muchos alumnos por la literatura no sólo habla de su fracaso como aprendices, sino que involucra también al propio programa educativo y al profesor que lo desarrolla en el aula. La expectativa depositada en la literatura como texto de goce puede ser difícil de cumplir, evidentemente, sin embargo el predominio de una enseñanza de la literatura apegada a lo enciclopédico y memorístico, que sustituye en la lectura el sentir por el conocimiento, es la causa principal de que el alumno sepa datos, conceptos y explicaciones sobre las obras literarias pero que no sepa hacer casi nada por su cuenta con la literatura. En efecto, aunque la obra literaria es un producto histórico, su enseñanza no puede enfocarse principalmente hacia la historiografía, con definiciones de estilos, épocas, escuelas y autores; al contrario el alumno se acerca a la literatura desde la intuición de que puede ser una experiencia vital.