La violencia en la pareja desde las perspectivas masculinas: qué hay entre la idea de igualdad y la percepción de privilegio femenino. The intimate partner violence from the men’s perspectives: between equality and women privilege
Resumen
Los estudios feministas descubren la existencia de una estructura patriarcal que es el soporte de la reproducción de la dominación masculina. Dicha estructura es un tejido de relaciones sociales, creencias culturales, identidades y roles sociales. La base necesaria es la existencia de una división social en torno al sexo y a la identificación de sexo y género que categoriza a la población en una de las dos mitades, adscribiéndole roles. El paradigma cultural occidental, binario, se complementa con la estructura sexual estableciendo una base para las relaciones de género donde las construcciones de identidad genérica son binarias, excluyentes e interdependientes. A partir de esta posición, la dominación masculina ha sido contestada desde los movimientos de mujeres hasta los estudios feministas en un intento de construcción de una sociedad igualitaria. Pese a los innegables éxitos que el feminismo ha aportado a la igualdad de género, la igualdad real todavía se encuentra fuera del alcance. Una de las peores muestras de la persistencia de la dominación masculina es la violencia de género, que es conceptualizada de facto en las políticas públicas y en las leyes como violencia ejercida al interior de las parejas heterosexuales. La lucha feminista ha conseguido avances sociales, sobre todo a nivel de empoderamiento femenino. Estos avances chocan con la falta de procesos igualitaristas en el mundo masculino. La construcción de la identidad masculina está anclada en los procesos de mantenimiento y performance de una masculinidad hegemónica y tradicional que supone las relaciones de género en una base complementaria y desigual. Por lo tanto, los avances feministas en los roles femeninos, si no son complementados con modificaciones en las identidades masculinas, pueden generar situaciones de tensión en las relaciones sentimentales entre hombres y mujeres, al establecerse estas como complementarias y estar construidas desde distintas posiciones e intereses. Las nuevas masculinidades son un elemento esencial en la erradicación de la violencia de género.
ABSTRACT
Feminist studies discover the existence of a patriarchal structure that is supported by the reproduction of male dominance. This structure is a fabric of social relationships, cultural beliefs, identities and social roles. Like a base is necessary the existence of a social environment division sex and sex and gender identification that categorizes the population of the two halves ascribing roles. The occidental cultural paradigm binary complements the sexual structure by establishing a basis for gender relations where constructions are binary gender identity, exclusive and interdependent. From this position the male dominance has been answered from the women’s movement to feminist studies in an attempt to build egalitarian society. Despite the undeniable success that feminism has contributed to gender equality real equality is still out of reach. One of the worst signs of persistence of male domination is the violence that is collected as administratively concept to combat violence in heterosexual couples. The feminist struggle has achieved social progress, especially in terms of women’s empowerment, colliding with the lack of egalitarian processes in the male world. The construction of male identity is rooted in the processes of maintenance and performance of a hegemonic masculinity that involves traditional gender relations in a complementary and uneven base. Thus feminist advances in women’s roles, if not complemented by changes in masculine identities can generate situations of tension in romantic relationships between men and women, to establish these as complementary and should be constructed from different positions and interests. New masculinities are an essential element in the eradication of gender violence.