Resumen
Desde finales del siglo xx la educación superior se ha venido estructurando y alineando cada vez más con las dinámicas e intereses económicos globales, al grado de supeditar sus objetivos a las visiones, propósitos y demandas de la estructura económica capitalista neoliberal que domina el planeta. Derivadas de esta lógica se presentan dos tendencias que llegan a resultar contradictorias. Por un lado, las Instituciones de Educación Superior (IES), sobre todo en el caso de la iniciativa privada, encuentran la posibilidad de ofrecer programas que se someten a las leyes del mercado sin mayores controles de calidad, lo que además tiene el efecto de facilitar y desvalorizar la obtención de grados académicos; mientras que, por otro lado, el discurso político asume un compromiso por elevar la calidad de la educación para contar con los recursos humanos que requiere el desarrollo del país, imponiendo a los programas educativos lineamientos estrictos para alcanzar los estándares que aseguren dicha calidad, mismos que, en el caso de las ies públicas sobre todo, se atan al acceso a recursos económicos cada vez más escasos.