Resumen
El objetivo de este artículo es analizar el proceso de autocrítica que la Corona hispánica fue capaz de desarrollar en tiempos tempranos, comienzos del XVI, cuando ni siquiera se había acometido la conquista clásica de las altas culturas incaica y azteca. ¿Por qué pesó más el drama de la guerra que el valor de la diplomacia si Fernando el Católico, responsable último de las incipientes decisiones, era propuesto como arquetipo de príncipe? ¿Cuáles fueron los factores que impulsaron a ocultar el diálogo bajo las armas? ¿Qué actitud adoptó la Corte cuando fue informada de que, tras la sorpresa del descubrimiento, se precipitaba la destrucción de las Indias?
Frente a la retórica expansionista y falaz, que reflexionaba sobre el comportamiento ante sujetos a los que su propia naturaleza había hecho esclavos, al tiempo que se fraguaba el Imperio español constituyó todo un acierto, innovador en el contexto, que aflorara la idea de que la humanidad es una y, así, la Escuela de Salamanca pasó a ser la precursora del Derecho de Gentes y, por ende, de los Derechos Humanos.