En torno a los llamados presidios menores o plazas de Melilla, Peñón de Vélez de la Gomera y Alhucemas en el siglo XVIII
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Resumo
Este artículo analiza la arquitectura militar de los tres "presidios menores", o plazas de Melilla, Peñón de Vélez de la Gomera y Alhucemas, a través de diversos informes inéditos, emitidos, a lo largo del siglo XVIII, por diferentes comisiones, en las que participaron prestigiosos miembros del Real Cuerpo de Ingenieros Militares, realizados con el fin de decidir su abandono o conservación. Las tres plazas fueron excelentes ejemplos de la aplicación de los principios de la fortificación irregular a terrenos particularmente abruptos, así como de la elasticidad con que se adoptaron los nuevos criterios modernos defensivos a enclaves con amplios recursos naturales. Siendo poblaciones creadas para la guerra, en ninguna se desarrolló un programa urbanístico regulador, estando integradas primordialmente por conjuntos de edificios destinados al acuartelamiento de hombres y almacenamiento de armas, víveres y agua, que se acompañaron de los indispensables servicios religiosos y sanitarios. Las reducidas dimensiones y su abrupta orografía provocaron en Vélez de la Gomera y en Alhucemas una super-saturación funcional de sus escasos espacios libres, utilizándose como baluartes los ángulos naturales de sus peñones. La península sobre la que está situada Melilla, dio origen a unos recursos de fortificación más complejos, que dominaron progresivamente el territorio próximo con el fin de conseguir una mejor defensa de la población desde el frente de tierra.