Copyright (c) 2015 Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte
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Resumo
La renovación de la historiografía de los museos españoles implica rebasar los límites de la simple historia de sus colecciones o incluso del estudio de las élites que los crearon y dirigieron: supone tener en cuenta el funcionamiento de ese artefacto social complejo que constituye un museo. Base previa necesaria a la emergencia del museo, la noción de patrimonio se contruye progresivamente en la España del siglo XVIII, bajo el impulso de los medios cultos. Se construye mediante un discurso (Ponz, Bosarte, Jovellanos, etc.) en el que una posición historicista permite relativizar paulatinamente el criterio estético, pero también se encarna en prácticas concretas de protección y de conservación. La cuestión de la accesibilidad y del estatuto jurídico del patrimonio, en cambio, poco les interesa a las élites españolas, lo que explica que la expulsión de los jesuitas no dé lugar a la creación de museos a partir de las obras de arte disponibles. La noción moderna de museo sólo se implanta en el transcurso de la Guerra de la Independencia, cuando José Bonaparte justifica sus proyectos museales por la legitimidad del acceso del público al patrimonio nacional, argumentación que se irá imponiendo en lo sucesivo.