Reseñas

Lorenzo de Sepúlveda (2018).
Romances nvevamente sacados de hystorias antiguas dela cronica de España
(Martín Nucio, Amberes, S.A.). Ed. facsímil.
Estudio de Mario Garvin. José J. Labrador Herraiz (coord.).

Ciudad de México: Frente de Afirmación Hispanista, 762 pp.

[ISBN: 978-84-09-03415-4].

Esta nueva edición facsimilar de los Romances nvevamente sacados de hystorias antiguas dela cronica de España nos permite acceder a un volumen poco conocido por la crítica. El estudio preliminar de Mario Garvin tiene como objetivo desmentir los juicios erróneos acumulados en torno a esta obra y proponer nuevas perspectivas para su análisis. Garvin desarrolla en extenso la tesis que propone en su imprescindible artículo «Los Romances de Lorenzo de Sepúlveda: de las ediciones antuerpienses a la princeps» (2018). Su hipótesis de una edición intermedia, hoy perdida, entre la editio princeps y las de Steelsio y Nucio es el hilo conductor de la introducción. A partir de esta idea, nos ofrece varias claves para el entendimiento no solo de la edición de los Romances que estudia, sino del complejo entramado editorial en el cual surgió.

Garvin inicia su estudio con una advertencia sobre la recepción crítica de los Romances. Observa que fue condicionada por el desconocimiento de la edición sin año y se basó en los juicios hechos sobre las ediciones de 1551 y 1566. Avanza en este primer capítulo con una descripción comparativa de los volúmenes impresos por Nucio y Steelsio, seguida de una cuidadosa relectura del prólogo incluido por Nucio y el examen de los textos ajenos a Sepúlveda. De esto deduce una relación de dependencia basada en la posible existencia de una edición antuerpiense perdida, la cual serviría de base para las de 1551 y s.a.

Examina los criterios seguidos por Sepúlveda para seleccionar la información, por lo que reconoce en la obra de Sepúlveda procedimientos similares a los utilizados por otros autores al romancear distintas obras en prosa. En este punto, no considera que el autor pudiera tener un conocimiento de la tradición impresa tan amplio como Nucio para elegir las materias de sus Romances. Tan solo lo tiene por conocedor de los procedimientos narrativos del Romancero: «un análisis detallado de la princeps […] revela un conocimiento notable de los textos y los modos narrativos, pero no —al contrario de lo que sí ocurre con Nucio— un uso consciente de los textos puestos en circulación anteriormente» (p. 51). Con base en esto, Garvin propone el orden que debieron presentar los textos en la edición princeps: «tal y como Sepúlveda plantea su tarea en el prólogo, sería impensable que eligiese para sus romances un orden distinto al que le impone la Crónica. Doy por seguro que el orden de la princeps —salvo algunos casos puntuales a los que haremos referencia— coincidiría básicamente con el de los materiales en la obra de Ocampo» (p. 52). Esta hipótesis de presentación de los materiales se prolonga en una revisión de los recursos por los cuales Sepúlveda crea una trabazón narrativa entre sus romances.

Se ocupa de la edición flamenca que supone perdida. Ofrece una interesante revisión del prólogo contenido en s.a., el cual sospecha que ya aparecía en la hipotética edición anterior. De este texto rescata algunas claves que le permiten deducir la manera en la que Martín Nucio consideró los Romances de Sepúlveda dentro de su propio proyecto editorial. Para Garvin, la obra de Sepúlveda adquiere una nueva dimensión como complemento del Cancionero de romances. Por ello, señala la reorganización de los textos y el añadido de varios romances en el último pliego del volumen. Analiza y trata de determinar las fuentes de estos agregados. Advierte procedimientos y giros estilísticos muy similares que lo llevan a sospechar de la autoría única del famoso Caballero Cesario. Subraya Garvin que nos enfrentamos a un vasto número de posibles fuentes, las cuales son prácticamente imposibles de cotejar en su totalidad. Utiliza un método de descarte por cercanía temporal y geográfica para acotar los posibles textos fuente para los romances.

Garvin analiza los añadidos a la edición sin año y la relación que tienen con la Silva de Esteban de Nájera. Considera que, si bien la Silva no tuvo influencia sobre el primer estadio del proyecto editorial de Martín Nucio, sí puede relacionarse con el segundo momento de este proyecto. Garvin estudia la relación entre las dos empresas editoriales, sobre todo, con los Romances de Sepúlveda, pues ambos se orientan a ofrecer textos que no circularon en pliegos. La comparación entre estos deja ver como algunos añadidos por Nucio presentan versiones de la Silva mucho más apegadas a las fuentes, lo que quiere decir que el Caballero Cesario, a quien también le dedica parte del análisis, conoció con anterioridad los romances publicados por De Nájera y a partir de ellos emprendió sus reelaboraciones.

Añade una tabla de correspondencia de los Romances de Sepúlveda con la Crónica. En ella se registran los romances en orden cronológico, con íncipit, título que presentan en el impreso y folios de la Crónica que sirven de fuente. La tarea se dificulta por la presencia de romances con el mismo íncipit. Posiblemente esta sea la causa de la relación de dos romances con folios de la Crónica equivocados y la falta de un tercero. Aparecen de esta manera: «18. Esse buen cid campeador / brauo va por la batalla | Otro del Cid | Ocampo, IV, f. ccciᵛ» y «21. Esse buen cid campeador / ya se parte de Castilla | Otro romance del Cid | Ocampo, IV, f. cccviiiʳ» (p. 206); no registra «Esse buen Cid campeador / de çaragoça partia», posiblemente porque del mismo folio (CCCXLV) depende también «En batalla temerosa», que sí aparece en la tabla. El orden correcto, cuando se considera «Esse buen Cid campeador / de çaragoça partia», sería: 18. «Esse buen Cid campeador / ya se parte de Castilla | Ocampo, f. CCCIᵛ, 21. Esse buen Cid campeador / de çaragoça partia | Ocampo, IV, f. CCCVIIIʳ y 31. Esse buen Cid campeador | brauo va por la batalla | Otro del Cid | Ocampo, IV, f. CCCXLVᵛ».

Sigue al extenso estudio la edición facsimilar de los Romances de Sepúlveda, impresos por Martín Nucio en Amberes. El esfuerzo del Frente de Afirmación Hispanista es loable pues pone a nuestro alcance material de difícil acceso, resguardado por la Hispanic Society of America en Nueva York. La reproducción salva las dimensiones del dozavo y nos permite el conocimiento de la impresión y sus detalles. Contamos ahora con una herramienta fundamental para el conocimiento de un texto, de la que solo disponíamos de una edición moderna hecha por Antonio Rodríguez-Moñino en 1967.

Esta publicación amplía nuestra perspectiva sobre las obras que se publicaron por aquellos años y nos animan a reformular los juicios que han pesado sobre la obra durante prácticamente dos siglos. El estudio de Mario Garvin, precedente a esta edición de los Romances de Sepúlveda, es una clara muestra de la legítima preocupación por proponer nuevas perspectivas de análisis para el romancero impreso. El trabajo subraya la necesidad de estudiar estas obras en su conjunto, pues de esta forma se nos desvelan aspectos esenciales para su comprensión. Este volumen es un excelente punto de partida para continuar los estudios sobre el fenómeno y otorgar el lugar que merece esta obra en la historia de nuestra literatura.

Luis Carlos Ventura Escudero

Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa
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