Temas y motivos de los discursos en prosa de la Academia de Nocturnos de Valencia (1591-1594)

Irene Rodríguez Cachón

Universidad Loyola Andalucía
irodriguez@uloyola.es

Para analizar la función y presencia de las muy variadas academias literarias que surgieron en España1, dentro del espacio ideológico y literario del Siglo de Oro, es conveniente tener siempre en cuenta la idiosincrasia del singular emplazamiento que el humanismo continuamente buscó a la hora de exaltar la palabra como forma de manifestación de la dignidad humana. Así, el término «academia» se modeló rápidamente como la representación que mejor aglutinó todo este enorme caudal de ideales y aspiraciones literarias de muy diversa índole2. De esta suerte, a partir de sus primeras acuñaciones platonianas (Academia, Ἀκαδημία, o Hekademeia, Ἑκαδήμεια), designando a ese lugar-santuario de musas a las afueras de Atenas3, resurge de nuevo a finales del siglo xv y principios del siglo xvi, primero en Italia y después en gran parte de Europa, ante esa restaurada necesidad «de reunión de espíritus con idénticos propósitos y fines» (Egido, 1984: 9).

En su desarrollo durante el siglo xvi, estos cónclaves fueron en general reuniones especialmente elitistas, organizadas en torno a personalidades locales de relieve. Sus miembros podían ser tanto letrados y enciclopedistas como pseudo-eruditos y profanos (en su mayoría nobles, militares y religiosos, pero también ciudadanos que destacaban por su cultura y formación)4, los cuales demandaban una «cultura urbana de ciudad con posibles» (Canet, 1993: 35) en la que los próceres favorecieran la cultura como sinónimo de «poder, al menos intelectual» (1993: 35). Así, en estas asambleas se buscaba básicamente la impostación dialógica, unida a una, muchas veces, exagerada exaltación de la amistad entre sus miembros, los cuales leían, analizaban y discutían sobre variados y dispares temas, pero con un claro predominio, en la mayoría de las ocasiones, del discurso argumentativo grandilocuente. Sin embargo, en otras ocasiones también, las alocuciones de los participantes no fueron más que frívolas arengas o fútiles disertaciones expuestas sobre un tapiz puramente provinciano.

Al calor de este entusiasmo por las asambleas literarias organizadas, nace en la última década del siglo xvi la Academia de Nocturnos de Valencia (1591-1594), uno de los cenáculos españoles más afamados, tanto por el nombre de alguno de sus miembros como por la calidad de muchos de los textos, tanto en prosa como en verso, que allí se presentaron5. Sus participantes se reunían una vez por semana —generalmente los miércoles por la noche— para leer poesía o discutir y polemizar sobre diferentes problemas, tesis, ensayos, discursos, críticas, demostraciones, poemas o diálogos de muy variopinta y diversa índole.

A lo largo de sus tres años de vida, la Academia de Nocturnos de Valencia celebró un total de ochenta y ocho sesiones en las cuales se presentaron ochocientas cinco composiciones en verso y ochenta y ocho discursos en prosa, uno por cada reunión. A este respecto, la crítica se ha centrado fundamentalmente en el estudio de los textos poéticos de la Academia, ya sea desde un punto de vista compilador en su conjunto, como también de estudio poético individual de alguno de sus miembros6. Sin embargo, apenas se ha prestado atención a los discursos en prosa que abrieron cada una de las reuniones, aun cuando algunos argumentos y temas que se trataron fueron igualmente atrayentes.

El interés por el texto argumentativo, previo al debate que genera, sustenta esta inicial aproximación fundamentada que busca organizar y analizar la disposición original de estos discursos en prosa de la Academia de Nocturnos. Así, este trabajo pretende ordenar temáticamente esos ochenta y ocho discursos en prosa (textos poco o nada considerados hasta el momento) y observar qué temas predominaron en este singular y variopinto cenáculo valenciano.

1. Actividad y funcionamiento de la Academia de Nocturnos de Valencia (1591-1594)

La Academia de Nocturnos de Valencia arranca su actividad el viernes 4 de octubre de 1591. Para su organización interna y su mejor capacitación, sus diez miembros fundadores establecieron y firmaron un total de trece normas o «institutiones» por las que se regirán las diferentes reuniones7. Todas ellas son de obligado cumplimiento para todos los miembros que participen en esa reunión concreta ya que se cultivarán mejor los «entendimientos de todos, procurando así en las ordinaciones como en el ejercicio de ellas mezclar lo dulce con lo provechoso, y así para que en este virtuoso entretenimiento haya quietud y perpetuidad» (Canet, Rodríguez y Sirera, 1988: 59). En líneas generales, estas disposiciones consistían en oír misa antes de cada sesión «para encontrar mejor los principios de las cosas» (1988: 59); acatamiento de todas las decisiones del presidente de la Academia, quien prestará también su casa como sede de las reuniones; aceptación y uso del pseudónimo asignado a cada miembro, nombres ligados en su mayoría a la noche; nombramiento de un consiliario, que será la mano derecha del presidente; un secretario, que estará encargado de las actas de la institución; y un portero, que gestionará las nuevas incorporaciones; conformidad ad aurem sobre los nuevos ingresos; y potestad completa del presidente para decidir sobre la idoneidad o no de los discursos preparados para su lectura en las asambleas.

Al amparo de estos estatutos, la Academia afiliará un total de cuarenta y cinco nuevos miembros a lo largo de sus tres años de funcionamiento. La actividad de la Academia se organizó en tres periodos bien diferenciados: una primera etapa que abarcó treinta y dos reuniones (desde octubre de 1591 hasta mayo de 1592); una segunda fase que tuvo un total de veintisiete sesiones (desde octubre de 1592 hasta marzo de 1593); y finalmente, un último periodo en el que se celebraron un total de veintiocho reuniones (desde octubre de 1593 hasta abril de 1594)8.

Así, la organización de las reuniones seguía un orden muy simple pero preciso: el presidente, con ayuda del secretario, elegía el tema del discurso en prosa y el miembro encargado de prepararlo para la siguiente reunión; el consiliario se encargaba de supervisar y si hiciera falta censurar las partes o el total de los textos presentados; y, una vez revisado todo, se procedía a la lectura del discurso que daba comienzo a esa reunión «con mucha erudición y doctrina» (Canet, Rodríguez y Sirera, 1988: 59). Finalizada su lectura se daba comienzo a su discusión, que muchas veces producía extensos debates y prédicas de todo tipo entre los miembros participantes y que duraban hasta altas horas de la madrugada. Se terminaba la sesión con el recitado de algunos poemas originales de mayor o menor calidad literaria a lo que se sumaba una coda final del presidente, quien ordenaba al secretario la copia a posteriori de lo leído en esa sesión, así como el reparto de los temas para la siguiente reunión.

2. Los discursos en prosa de la Academia de Nocturnos de Valencia

Se conserva en la Biblioteca Nacional de España (signaturas RES/32, 33 y 34)9 una copia manuscrita en tinta negra (cuerpo del texto) y roja (los títulos y nombres de los participantes), organizada en tres tomos, de todos los discursos leídos en la Academia. En el manuscrito conservado se observan claramente diferentes tipos de caligrafía pese a que era el secretario de la Academia, Francisco D’Esplugues, «Descuido»10, el encargado de dejar constancia por escrito de lo que se leía en esa sesión y de organizar la disposición interna de la reunión. Aunque la naturaleza de esta copia es la de unas actas y, por tanto, la necesidad de decoración o pulcritud en su presentación no sea tan exigente, es muy probable que, tanto por la forma de presentación como por la propia disposición de los textos, esta copia fuera un borrador previo de una posible futura reelaboración más cuidada que no llegó nunca a concretarse. Esta copia manuscrita que conservamos está llena de tachaduras y correcciones de diversa tipología, en algunas ocasiones ilegibles, llegando incluso en el último tomo a ser prácticamente imposible la lectura de algunas secciones debido a la corrosión y que la tinta de hierro empleada ha traspasado los folios11. Este hecho apuntala la idea de que el texto que conservamos fuera concebido simplemente como un borrador previo de un futuro texto con mayor calidad en la presentación o, quizás, incluso en un hipotético formato impreso.

En general, los discursos en prosa que aparecen en esta reproducción no son excesivamente largos (5-9 folios de media), y aunque se estructuren en torno a un tema principal, también es frecuente leer algunas digresiones que sirven, según se dice, para adornar y lograr afectos en el mismo. Muy probablemente sean cuestiones añadidas a posteriori del discurso oral, pero antes de la copia escrita, construidas a partir de manifestaciones que entraron en el debate posterior a la prédica.

De acuerdo con su temática, estos ochenta y ocho discursos académicos en prosa se pueden clasificar en ocho grupos temáticos:

  1. Treinta discursos filosóficos u ontológicos.
  2. Dieciocho discursos literarios, los cuales se pueden dividir, a su vez, por un lado, en discursos sobre teoría poética variada y, por otro lado, en discursos literarios de tipo ficcional.
  3. Quince discursos sobre temas religiosos.
  4. Ocho discursos sobre elementos cotidianos.
  5. Seis discursos sobre temas políticos y sociales.
  6. Cinco discursos que giran sobre la figura de la mujer.
  7. Dos discursos con asuntos varios de la Academia y sus académicos.
  8. Dos discursos con temas científicos.

Ha sido imposible poder asignar una temática a dos discursos, el de la sesión 64.º y el de la 87.º, debido a la gran corrosión ferrogálica que presenta la copia manuscrita original conservada, lo que hace imposible su lectura.

Teniendo en cuenta esta clasificación temática, se propone catalogar y organizar cronológicamente los ochenta y ocho discursos leídos en la Academia de Nocturnos de Valencia entre octubre de 1591 y abril de 1594, a continuación, de la siguiente forma:

[Gráfico 1]. Grupos temáticos con número de discursos en prosa leídos en la Academia de Nocturnos de Valencia (1591-1594).12 13

Sesión

Fecha

Tipo de discurso

Autor

Discurso en prosa

Sesión

Fecha

Tipo de discurso12

Autor

Discurso en prosa13

1.ª época (octubre 1591-mayo 1592)

1.º

4 oct.

P

«Sombra»

Una lección de la excelencia de los convites.

2.º

9 oct.

L

«Miedo»

Una lección sobre el emblema 36 de Alciato (Obdurandum adversus argentia).

3.º

16 oct.

L

«Sueño»

Discurso sobre los 4 primeros versos del 4.º libro de la Eneida.

4.º

23 oct.

L

«Fiel»

Discurso sobre el soneto 23 del Garcilaso: «En tanto que de rosa y azucena».

5.º

30 oct.

P

«Estudio»

Discurso disputando cuál es más provechoso para la república, el estudio de las letras o el ejercicio de las armas.

6.º

6 nov.

E

«Miedo»

Discurso alabando la breva.

7.º

17 nov.

F

«Miedo»

Discurso sobre la excelencia de los ojos.

8.º

20 nov.

L

«Sueño»

Discurso sobre el 4.º verso del primer libro del Arte Amandi de Ovidio.

9.º

27 nov.

E

«Miedo»

Discurso sobre la excelencia del oro.

10.º

4 dic.

L

«Estudio»

Discurso sobre cuál es más fuerte, el rey, el vino, la mujer o la verdad.

11.º

11 dic.

E

«Temeridad»

Discurso de la excelencia del caballo.

12.º

18 dic.

E

«Sombra»

Discurso sobre la excelencia del perro.

13.º

25 dic.

L

«Sombra»

Discurso en alabanza de la poesía, aplicándole al nacimiento.

14.º

1 ene.

F

«Recogimiento»

Discurso en alabanza de la música.

15.º

8 ene.

R

«Silencio»

Discurso vituperando la soberbia.

16.º

15 ene.

R

«Luz»

Discurso sobre la mentira.

17.º

22 ene.

C

«Estudio»

Discurso alabando la medicina.

18.º

29 ene.

C

«Recogimiento»

Discurso sobre las ciencias matemáticas.

19.º

5 feb.

L

«Vigilia»

Discurso de los celos entre Celio y Casilda, pastores (con un diálogo entre ambos).

20.º

12 feb.

R

«Presidente» («Silencio»)

Discurso sobre memento homo quia cinis es, etc.

21.º

19 feb.

L

«Industria»

Discurso sobre aquel verso de David del salmo 103 que dice: extendens caelum sicut pellem qui tegis aquis superiora ejus.

22.º

20 feb.

F

«Luz»

Discurso del poder de la hermosura.

23.º

5 mar.

F

«Recogimiento»

Discurso alabando las cosas
pequeñas.

24.º

11 mar.

F

«Vigilia»

Discurso alabando la ceguedad.

25.º

18 mar.

F

«Relámpago»

Discurso contra la ausencia.

26.º

25 mar.

R

«Sombra»

Discurso de las grandezas de la oración.

27.º

1 abr.

R

«Industria»

Discurso de la resurrección de Cristo Nuestro Señor.

28.º

8 abr.

L

«Sincero»

Novela de «Sincero» a López de Maldonado.

29.º

15 abr.

F

«Miedo»

Discurso o recopilación de las necesidades más ordinarias en que solemos caer hablando, introducidas en nuestro lenguaje por el uso inadvertido y común de los hombres.

30.º

10 may.

F

«Secreto»

Discurso contra la confianza.

31.º

¿?

P

«Recogimiento»

Discurso en alabanza de la injusticia.

32.º

17 may.

R

«Silencio»

Discurso de las excelencias de la castidad.

2.ª época (octubre 1592-marzo 1593)

33.º

7 oct.

L

«Silencio»

Discurso sobre las excelencias de la noche.

34.º

14 oct.

R

«Luz»

Discurso probando que la mano izquierda es más honrada que la diestra.

35.º

21 oct.

F

«Industria»

Discurso alabando el laurel.

36.º

28 oct.

R

«Peligro»

Discurso de la diferencia de las almas.

37.º

4 nov.

E

«Recogimiento»

Discurso contra el juego.

38.º

11 nov.

F

«Vigilia»

Discurso de las excelencias y provechos de la ignorancia.

39.º

18 nov.

V

«Sincero»

Discurso contra la vida de la corte de «Sincero».

40.º

25 nov.

L

«Silencio»

Discurso en alabaza del silencio

(dice que es alabando su nombre).

41.º

2 dic.

L

«Industria»

Discurso en alabanza de la
melancolía.

42.º

9 dic.

L

«Peligro»

Discurso sobre las últimas palabras que la reina Dido habló antes de matarse.

43.º

16 dic.

F

«Estudio»

Discurso en alabanza de la cólera.

44.º

23 dic.

F

«Secreto»

Discurso alabando el secreto
del amor.

45.º

30 dic.

R

«Miedo»

Discurso relatando el nacimiento de Cristo Nuestro Señor.

46.º

6 ene.

M

«Relámpago»

Discurso contra las mujeres.

47.º

13 ene.

F

«Sosiego»

Discurso contra el secreto.

48.º

20 ene.

M

«Tranquilidad»

Discurso en alabanza de las mujeres.

49.º

27 ene.

E

«Centinela»

Discurso de armas y timbres.

50.º

3 feb.

M

«Relámpago»

2.º Discurso contra las mujeres.

51.º

10 feb.

P

«Industria»

Discurso de la obligación que tienen los ciudadanos a amar su república.

52.º

17 feb.

F

«Recogimiento»

Discurso de la excelencia de los cuatro elementos.

53.º

24 feb.

F

«Sosiego»

Discurso en alabanza de la mudanza.

54.º

3 mar.

R

«Tristeza»

Discurso del triunfo del carnaval.

55.º

10 mar.

R

«Cuidado»

Discurso de las excelencias de la verdad.

56.º

17 mar.

F

«Luz»

Discurso en alabanza de la edad juvenil.

57.º

24 mar.

F

«Peligro»

Discurso de las excelencias de la agricultura.

58.º

31 mar

P

«Estudio»

Discurso cuál será la cosa de más provecho para el hombre en esta vida: el ser bien afortunado o el ser sabio.

59.º

7 mar.

F

«Vigilia»

Discurso alabando la locura.

60.º

14 mar.

R

«Industria»

Discurso de la pasión de Nuestro Redentor Jesucristo.

3.ª época (octubre 1593-abril 1594)

61.º

6 oct.

F

«Secreto»

Discurso contra la confianza.

62.º

13 oct.

M

«Secreto»

Discurso cómo ha de granjear un galán a una dama.

63.º

20 oct.

E

«Temeridad»

Discurso de la caballería de la brida (o la gineta).

64.º

27 oct.

«Tranquilidad»

(Ilegible y tachado)

65.º

3 nov.

F

«Cautela»

Discurso del tiempo y sus propiedades.

66.º

10 nov.

L

«Luz»

Discurso en que se averigua la historia del papa llamado Joan Octavo (papisa Juana).

67.º

17 nov.

L

«Peligro»

Discurso probando que los amigos son tesoro (a partir del adagio de Quintiliano Ubi amici, ibi opes).

68.º

24 nov.

F

«Cautela»

Discurso contra la hermosura.

69.º

1 dic.

F

«Horror»

Discurso en alabanza de las manos.

70.º

8 dic.

L

«Industria»

Discurso de las excelencias de los colores y significados de ellos.

71.º

15 dic.

P

«Sueño»

Discurso contra la demasiada ceremonia común.

72.º

22 dic.

R

«Silencio»

Discurso de las excelencias del corazón.

73.º

29 dic.

L

«Industria»

2.º discurso de las excelencias y significaciones de los colores.

74.º

5 ene.

F

«Lucero»

Discurso contra la libertad.

75.º

12 ene.

F

«Sosiego»

Discurso en alabanza de los montes.

76.º

19 ene.

E

«Peligro»

Discurso de los juegos.

77.º

20 ene.

F

«Vigilia»

Discurso de las excelencias y provechos de la enfermedad.

78.º

2 feb.

F

«Recogimiento»

Discurso contra la honra.

79.º

9 feb.

F

«Relámpago»

Discurso de alabanza de la cobardía.

80.º

16 feb.

V

«Silencio»

Discurso relatando un sarao de esta ciudad.

81.º

23 feb.

F

«Estudio»

Discurso probando que los pobres son más liberales que los ricos.

82.º

2 mar.

F

Discurso contra la ingratitud.

83.º

9 mar.

M

«Lucero»

Discurso en alabanza de las mujeres gordas.

84.º

16 mar.

L

«Tristeza»

Discurso alabando la vida del pícaro.

85.º

23 mar.

R

«Peligro»

Discurso de la discreción espiritual.

86.º

30 mar.

F

«Espía»

Discurso alabando la libertad.

87.º

(Ilegible)

88.º

¿? abr.

R

«Industria»

Discurso de las excelencias de Cristo Nuestro Señor.

[Tabla 1]. Títulos de los discursos en prosa leídos en la Academia de Nocturnos de ­Valencia (1591-1594) ordenados cronológicamente.

A) Discursos filosóficos y ontológicos

Este tipo de discursos, treinta a lo largo de los tres años de funcionamiento de la Academia, se caracteriza por mezclar varios temas de diversa índole y naturaleza, pero siempre desde un punto de vista reflexivo con ciertos toques ampulosos. Asuntos tan dispares como la alabanza de la música (14.º), la ceguera (24.º), el laurel (35.º), la cólera (43.º) y la locura (59.º); o contra la ausencia (25.º), la confianza (30.º), el secreto (47.º), la libertad (74.º), la honra (78.º) y la ingratitud (82.º). También se leyeron reflexiones más trascendentales como el elogio hacia las cosas pequeñas (23.º) o una larga loa sobre las excelencias y provechos de la ignorancia (38.º).

En este grupo llama especialmente la atención, por lo avanzado de sus postulados, el «Discurso probando que los pobres son más liberales que los ricos» leído en la sesión 81.º y elaborado por el doctor Jerónimo de Virués, «Estudio». En su alocución para probar la dadivosidad de la gente pobre, Virués ofrece un amplio abanico de ejemplos que le llevan a concluir con un largo argumento a favor de que la economía condiciona el comportamiento social, tesis muy cercana a lo que, casi tres siglos después, defenderá el materialismo histórico con las conocidas como leyes del desarrollo de la sociedad humana. Hermano del conocido dramaturgo Cristóbal de Virués, «Estudio» era doctor en medicina, lo que le permitió elaborar también uno de los mejores discursos científicos de la Academia, el «Discurso alabando la medicina» leído en la sesión 17.º.

B) Discursos literarios

En los dieciocho discursos literarios leídos en el cenáculo valenciano fluyeron también algunas sugestivas cuestiones sobre teoría poética, pero también circularon textos breves ficcionales.

En los primeros destacan los discursos que buscaban el análisis y comentario de alguna obra poética o pasaje determinado, tanto de autores clásicos como contemporáneos. En la sesión 2.º, por ejemplo, el consiliario Francisco de Tárrega prepara un discurso, algo más extenso de lo habitual, acerca del emblema 36 de Alciato (Obdurandum adversus argentia, «Que no se ha de loar lo que loor no merece»14) en el que aparece Antíoco venciendo a los gálatas gracias a los elefantes. En este sentido, es también habitual encontrar discusiones sobre emblemática en otras academias de la época. Así, por ejemplo, el poeta Lupercio Argensola leyó dos textos con y sobre emblemas en la Academia de Anhelantes de Zaragoza y el cronista Félix de Lucio Espinosa y Malo pronunció varios discursos sobre emblemática en las reuniones que el príncipe de Esquilache, ya a mediados del xvii, organizaba en su casa (Egido, 2010: 253).

En los discursos literarios también tienen cabida las glosas o comentarios de obras literarias como, por ejemplo, la leída en la sesión 3.º por el poeta castellano Hernando Pretel, «Sueño», sobre los cuatro primeros versos del libro IV de la Eneida. Esta alocución es una auténtica y exagerada loa sobre el buen proceder del poeta latino junto a un encomio bastante evocador del personaje de Dido. Entronca este discurso con el leído en la sesión 42.º, «Discurso sobre las últimas palabras que la reina Dido habló antes de matarse» elaborado por «Peligro», un tal Gaspar Gracián, nombre que no se ha podido identificar. La figura de Dido es igualmente habitual en la literatura del momento, recuérdese, por ejemplo, la tragedia Elisa Dido (c. 1580) de Cristóbal de Virués o la famosa Dido y Eneas: no hay mal que por bien no venga (1599) de Guillén de Castro, dramaturgo que también llegó a participar en la Academia bajo el pseudónimo de «Secreto».

En cuanto al segundo tipo de discursos literarios, los configurados como pequeñas historias ficcionales, albergan algunos de ellos cierta calidad literaria. Destacan especialmente dos, el de la sesión 19.º, «Discurso de los celos entre Celio y Casilda, pastores (con un diálogo entre ambos)», recreando un clásico y bello locus amoenus y el de la sesión 28.º, «Novela de “Sincero” a López de ­Maldonado»15, construido como un pequeño intento, muy incipiente todavía, muy al estilo de las novelas ejemplares cervantinas.

C) Discursos religiosos

Los quince discursos religiosos siguieron un patrón muy similar, lo que ayudó a perpetuar la transmisión oral como una forma principal de propagación religiosa, característica fundamental, a su vez, de la Contrarreforma. Se leyeron discursos que exaltaban las grandezas de la oración (26.º), o las excelencias de la verdad (55.º); pero los discursos que más despuntaron, por la solemnidad de sus argumentos, fueron aquellos que relaboraron pasajes bíblicos. Así, se componían en fechas propias para su lectura, como el de la sesión 27.º, «Discurso de la resurrección de Cristo Nuestro Señor», leído en plena Semana Santa o el «Discurso relatando el nacimiento de Cristo Nuestro Señor» en la sesión 45.º, próxima a fechas navideñas.

Destaca especialmente el de la sesión 13.º, «Discurso en alabanza de la poesía aplicándole al nacimiento»16, texto híbrido literario-religioso de corte neoplatónico, leído por Gaspar Aguilar, «Sombra», el día de Navidad de 1591. En él, Aguilar justifica que aquel individuo escogido como poeta, independientemente de sus deseos, atesora un privilegio divino o una posesión de las musas, es decir, el ars como añadido de la natura, interpretación muy similar a la que ya hicieran Alfonso García Matamoros, Francisco Aldana, Fox Morcillo o fray Luis de Granada, entre otros.

D) Discursos sobre elementos cotidianos

Los ocho discursos recogidos bajo el título de «elementos cotidianos» incluyen temas muy heterogéneos, algo fútiles también, que preocupaban a la sociedad nobiliaria del momento: sobre la excelencia del oro (9.º), las virtudes del caballo (11.º), el perro (12.º) o la gineta (63.º).

En este grupo temático son interesantes, en especial, dos discursos dedicados al juego, el de la sesión 37.º y el de la sesión 76.º. Al respecto cabe recordar que la mayoría de las manifestaciones recreativas a principios de la Edad Moderna son una fiesta continua y ritualizada que mantiene ocupada y entretenida a la sociedad. Sin embargo, el poder postridentino se encargará de formar un fuerte movimiento en contra de todo lo relacionado con el mundo recreativo y marcará el control y, en la mayoría de los casos, la prohibición de los abusos del juego, especialmente los de azar y apuesta17.

E) Discursos políticos y sociales

Los seis discursos políticos y sociales leídos en la Academia no destacan por mantener posiciones encontradas o enfrentadas sobre los argumentos expuestos, sino que son más bien textos repetitivos que insisten en ideas políticas y costumbres sociales estereotipadas sobre la nobleza y la alta burguesía, estamento principal al que pertenecen los miembros de la Academia.

F) Discursos sobre la figura de la mujer

Aunque los cinco discursos reunidos en este grupo temático pueden ser también considerados en otros grupos anteriores, filosóficos o religiosos, estos es probable que sea una buena muestra sobre cómo se concebía la figura de la mujer al inicio de la Edad Moderna. Se leyeron discursos tanto a favor (48.º y 83.º) como en contra (46.º y 50.º, curiosamente elaborados los dos por el mismo académico, el escritor Gaspar Mercader, «Relámpago»).

G) Discursos con asuntos varios de la Academia

Dos son los discursos que narran las andanzas individuales de algún miembro de la Academia: la funesta vida en la corte (39.º) relatada por López Maldonado, «Sincero», y la crónica de un convite valenciano (80.º) al que asiste el presidente de la Academia. Estos discursos sirven para conocer la vida diaria, las experiencias vitales y reflexiones argumentadas de la sociedad aristocrática del momento.

H) Discursos científicos

Los dos únicos discursos científicos leídos en la Academia, alabando la medicina (17.º) y sobre las matemáticas (18.º), fueron elaborados por sendos médicos, Jerónimo Virués, «Estudio», y Manuel Ledesma, «Recogimiento». Se trata de textos eminentemente eruditos en los que se mezclan elementos científicos reales con creencias y supersticiones propias del momento.

Así, se puede afirmar que los discursos en prosa leídos en la Academia de Nocturnos de Valencia entre 1591 y 1594 no hicieron más que reproducir las modas, los intereses y las inclinaciones de su momento, aunque la mayoría de ellos se configuraron con base a un regusto ciertamente esnobista e hinchado, propio de la impostación de un ágora aristocrática español de finales del siglo xvi. Muchos de estos discursos presentan ciertas características y peculiaridades, especialmente los literarios, que no han sido analizadas y que merecerían una atención más detallada.

Bibliografía

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Recibido: 14/04/2019

Aceptado: 27/06/2019

Temas y motivos de los discursos en prosa de
la Academia de Nocturnos de Valencia (1591-1594)

Resumen: La aparición en España, a partir de mediados del siglo xv, de diferentes grupos eruditos reunidos bajo el nombre de «academias» supuso un creciente interés por el texto argumentativo previo al debate que generaban. Uno de los grupos más conocidos, por el nombre de alguno de los participantes y por la calidad de los textos que se presentaron, fue la Academia de Nocturnos de Valencia (1591-1594), alrededor de la cual sus miembros se reunían una vez por semana para leer poesía o discutir y polemizar a partir de ensayos, críticas, etc. En sus tres años de vida, la Academia de Nocturnos de Valencia celebró un total de 88 sesiones y se presentaron 805 composiciones en verso y 88 discursos en prosa. Este trabajo pretende clasificar esos 88 discursos en prosa y analizar qué temas predominaron en ese afán tan característico del Humanismo español del culto del hombre por el hombre.

Palabras clave: Siglo xvi, Academia de Nocturnos, prosa, discurso, temas.

Motifs and themes of prose discourses from the Academia de Nocturnos of Valencia (1591-1594)

Abstract: From the mid-fifteenth century, different Spanish scholarly groups gathered under the name of «academies». They were growing interest thanks to the argumentative text prior to the debate they generated. One of the most well-known groups, mostly because of the name of some of the participants and the high quality of the texts presented, was the Academia de Nocturnos of Valencia (1591-1594). Its members met once per week for reading poetry or discussing essays, reviews, etc. In its three years’ life, the Academia de Nocturnos of Valencia held a total of 88 sessions presenting 805 verse compositions and 88 prose speeches. This paper tries to classify those 88 prose speeches and analyze which themes predominated.

Keywords: Sixteenth Century, Academia de Nocturnos, Prose, Discourse, Motifs.


1 A este respecto, Hazañas y la Rúa (1888) firma el primer y pionero trabajo de sistematización y recopilación de noticias varias sobre las academias literarias españolas de los siglos xvi y xvii.

2 Para un panorama general sobre las academias literarias españolas del Siglo de Oro, véanse los pioneros estudios de Sánchez (1961), King (1960: 367-376; 1963), Egido (1984: 9-26; 1985: 85-94), Lacadena (1988: 87-102), Rodríguez Sánchez de León (1989), Rodríguez Cuadros (1993: 357-428), Canet (1993: 95-124), Mas i Usó (1993: 171-224; 1996: 79-98) o Prieto de Paula (1994: 133-147). Entre los estudios más recientes se encuentran Osuna (2004: 1.401-1.409), Vaíllo (2008: 5-6), Cañas Murillo (2012: 5-26), Rodríguez Cáceres (2013: 105-119), López Lorenzo (2014: 151-188) o Munguía Ochoa (2018: 117-128), entre otros.

3 A modo de recuerdo, la Academia de Platón se encontraba a kilómetro y medio al norte de la ciudad de Atenas y no se trataba de un edificio propiamente dicho sino de un lugar boscoso, rodeado de tumbas de hombres ilustres (Pausanias, Descripción de Grecia, 1.29), en el que se llevaban a cabo ritos religiosos de diversa índole ya desde la Edad de Bronce.

4 Ya Cervantes, en La fuerza de la sangre (1613), aludía a este tipo de personas con pocos recursos, pero bien formadas: «llegó el niño [Luis] a la edad de siete años, en la cual ya sabía leer latín y romance y escribir formada y muy buena letra; porque la intención de sus abuelos era hacerle virtuoso y sabio, ya que no le podían hacer rico» (f. 131r-v). Sobre este tema por extenso, véase Ferri Coll (2001: 203-206).

5 Es importante tener en cuenta el contexto histórico y social en el que surgió la Academia de Nocturnos. Ferri Coll considera que nació «como respuesta a la situación de crisis» en la que se encontraba el reino de Valencia desde la muerte de Fernando de Aragón en 1550, a lo que se sumó un «período de estancamiento económico con un número considerable de problemas relacionados con la violencia, la piratería, los cristianos nuevos y la observancia de los fueros. La nobleza valenciana había perdido su condición de clase dirigente para subordinarse totalmente a los designios de Felipe II, por no hablar del codicioso valido de su hijo» (2001: 113).

6 Algunos estudios individuales de los participantes en la Academia de Nocturnos pueden leerse en Zabala (1946), Cañas Murillo (2012: 5-26), Sirera (1995: 125-170), Canet (1993: 95-124), Ferri Coll (2001), Rodríguez Cuadros (1993: 357-428; 2005: 985-1.012) o Viejo Sánchez (2008: 123-142), entre otros.

7 Los diez miembros fundadores fueron Bernardo Guillem Catalá de Valeriola («Silencio»), ­Hernando Pretel («Sueño»), Gaspar Aguilar («Sombra»), Francisco Pacheco («Fiel»), Fabián de Cucaló («Horror»), Maximiliano Cerdán de Tallada («Temeridad»), Francisco D’Esplugues («Descuido»), Francisco Tárrega («Miedo»), Miguel Beneyto («Sosiego») y Gaspar de Villalón («Tinieblas»).

8 Las breves interrupciones intermedias, entre mayo y octubre de 1592 y marzo y octubre de 1593, se debía a que, en ambos casos, las noches eran mucho más cortas por tratarse de los meses de primavera y verano, tiempo en el que suspendieron las mismas. Sobre este tema ver más extendido Mas i Usó (1999: 49-65).

9 Este manuscrito, en tres volúmenes y conservado en la Biblioteca Nacional de España, se encuentra actualmente retirado de consulta por deterioro. Sin embargo, se encuentra reproducido en microforma (699 fotogramas) bajo la signatura MSS.Micro/14.963.

10 Francisco D’Esplugues fue señor de la Pobla Llarga y legitimado en cortes en el año 1585. Llegó a ostentar el cargo de jurado (jurat, órgano directivo de la ciudad de Valencia) por la clase de caballeros y generosos en el año 1608 (Martí Grajales, 1927: 188-189). Como secretario de la Academia de Nocturnos fue muy admirado y elogiado por buena parte de todos sus miembros.

11 La única edición completa elaborada con rigor filológico de los discursos en prosa de la Academia de Nocturnos de Valencia se debe al esfuerzo de Canet, Rodríguez y Sirera (1988-2000). Sin embargo, solo se ha publicado hasta el discurso 76.º (vol. V de su edición), por lo que los doce discursos restantes se han revisado directamente desde el manuscrito. El estado del manuscrito que alberga estos doce últimos discursos presenta problemas de lectura debido a la gran corrosión de la tinta ferrogálica o la tinta de corteza de roble empleada en su copia.

12 Leyenda de interpretación del tipo de discurso: (F) Discursos filosóficos y ontológicos, (L) Discursos literarios, (R) Discursos religiosos, (E) Discursos sobre elementos cotidianos, (P) Discursos políticos y sociales, (M) Discursos sobre la figura de la mujer, (V) Discursos con asuntos varios de la Academia, (C) Discursos científicos y (D) Desconocido.

13 En la transcripción de los títulos de los discursos en prosa se han modernizado todas aquellas variantes sin un valor grafemático considerable, tales como alternancias grafemáticas (w/v/u), variaciones debido al cambio fonético del sonido (z/c/s), grafemas latinizantes (ph) y similares.

14 El emblema es el siguiente: «MOTIVO: Un elefante aparece situado, en actitud estática, ante un trofeo militar, formado por una lanza de la que cuelga una armadura romana, y que apoya sobre un árbol de cuyas ramas han sido también suspendidos un escudo, una espada y un arco. SIGNIFICADO: El elefante que el rey Antíoco colocó junto al trofeo erigido en honor de su victoria sobre los Gálatas, y que consiguió en último extremo gracias a la irrupción de un grupo de paquidermos —ardid del que se sentía avergonzado—, se convierte en símbolo de aquellos que no se sienten satisfechos de una victoria si ésta no se consigue de forma honesta» (Alciato, 1579).

15 «Sincero» era el pseudónimo del poeta castellano Juan López Maldonado, miembro del grupo poético madrileño de finales del xvi al que también pertenecían Alonso de Ercilla o Vicente Espinel.

16 Este es el único discurso que ha merecido una extensa atención gracias a la ya antigua, pero vigente todavía, monografía de Zabala (1946) y más recientemente también en Rodríguez Cachón (2019: 283-298).

17 Más en profundidad sobre este asunto, véase Hernández Vázquez (2000: 309-402).