ALPHONSO HORDOGNEZ VERSUS ALONSO ORDÓÑEZ.
SOBRE EL TRADUCTOR DE LA CELESTINA AL ITALIANO

José Luis Canet

Universitat de València
Jose.Canet@uv.es

A Florencio Sevilla, in memoriam

Recientemente han aparecido nuevas investigaciones sobre la primera traducción de La Celestina a la lengua italiana (Paolini, 2020; Lampugnani,
2015; Paolini, 2011; Di Camillo, 2002 y 2012; De Miguel, 2003)1 y sobre su traductor Alphonso Hordognez2, tal como se le nombra en la Tragicocomedia [sic] de Calisto & Melibea, /fo. B i r/ de la edición romana de Eucharius Silber (1506):

TRAGICOCOMEDIA [sic] de Calisto & Melibea nouamente agiontoui quello che fin a qui manchaua nel processo de loro innamoramento, nel quale se conthiene ultra il suo gratioso & dolce stilo, assai philosophiche sententie & ad uisi assai necessarii per gioueni monstrando loro l’ingani che son renchiusi ne falsi seruitori e rrofiane per Alphonso Hordognez, familiare de la sanctita di nostro signore Iulio papa secondo, ad instantia de la Illustrissima Madonna Gentile Fletria de Campo Fregoso, madonna sua obseruandissima, de lingua casteliana in Italiana nouamente per lo sopra dicto traducta.

Emma Scoles fue la primera estudiosa de esta edición italiana que intentó esclarecer la personalidad del traductor, revisando incluso los archivos del Vaticano por si encontraba alguna referencia a «Alphonso Hordognez, familiar del papa Julio II», pero sin descubrir dato alguno. Especuló con la posibilidad de que este personaje fuera el homónimo profesor de Retórica del Estudio General de Valencia que ocupó la cátedra en 1517 (Scoles, 1961: 177). Punto de vista que mantuvo D. W. McPheeters (1961: 29-30) al presuponer una relación entre Alonso Ordóñez con Alonso de Proaza, a quien sucedería en la cátedra de Retórica de la Universidad de Valencia, comentando además los textos latinos de los que fue editor, así como de unos pocos poemas suyos3.

Quiero puntualizar algunos datos sobre Alonso Ordóñez, profesor del Estudio General de Valencia. La cátedra de Oratoria se creó en 1513-1514 al dividirse la antigua de Retórica en Poesía y Oratoria, regentada hasta entonces por el maestro Juan Partenio Tovar. Alonso Ordóñez sucedió a Partenio en la de Oratoria en 1515, manteniendo dicha cátedra durante todo el periodo del rector Bernat Alcalá (1514-1521). Como sugiere Manuel Vicente Febrer: «Ordóñez era seguramente de origen castellano y fue un apreciado orador de la primera generación humanista» (2003: 244-245). Pero sigue a D. W. McPheeters al relacionarlo con el traductor de La Celestina: «Sin duda, mantuvo estrecha relación con el humanista asturiano Alfonso de Proaza […] Ordóñez adaptaría los versos que Proaza había compuesto para las ediciones de La Celestina, con vistas a la edición italiana de la obra» (2003: 245). También tenemos certeza de que Alonso Ordóñez dejó la cátedra de Oratoria al final del curso 1521-1522, año en el que «recibió de los jurados postagermanados permiso para ausentarse de Valencia, dejando la cátedra en manos de su discípulo el aragonés Tomás Benito de Perales, que sólo era bachiller en artes» (2003: 245).

José Teixidor y Trilles recopiló del Manual de Consells los nombramientos de rector, vicerrector, maestros y doctores efectuados por los Jurados de la ciudad de Valencia para cada una de las cátedras del Estudio General, transcribiendo para las del año de 1515:

Con provisión de 25 de mayo del año 1515 fue nombrado Retor de la Universidad para dos años más, Bernardo Alcalá, Doctor en theología […] Nombraron también en el mismo día los siguientes Cathedráticos: En la Cáthedra de Theología de Escoto, al maestro Fr. Bernardino Tienda, Franciscano, para tiempo de diez años, y salario de 50 libras annuas […] Para la Cáthedra de Theología de los Nominales, al Doctor Miguel Carenes con 35 libras… Para la de filosofía Moral a Juan Andrés Strany, Doctor en Theología; […] para la de Oratoria, el maestro Alonso Ordóñez; para la de Poesía a Miguel García […] (Teixidor, 1976: 181).

A este nombramiento le siguen los de los años posteriores. Así aparece en la provisión de cátedras del 27 de agosto de 1516: «en la de Oratoria, Alonso Ordóñez […] Retor de la Universidad, el Doctor Bernardo Alcalá. Para la cáthedra de Poesía, Juan Angel Gonsalves». En la provisión de 18 de julio de 1517: «en la de Oratoria, Alonso Ordóñez; en la de Poesía, Juan Angel Gonsalves». En la provisión de 2 de setiembre del año 1517 nombraron en: «la de Oratoria, Alonso Ordóñez; en la de Poesía, Juan Angel Gonsalves». En la provisión de 5 de junio del año 1519: «para la de Oratoria, Alonso Ordóñez; en la de Poesía, Juan Angel Gonsalves». El 14 de mayo de 1520 fueron nombrados: «en la de Oratoria, Alonso Ordóñez; en la de Poesía, Jayme Çaera». En la provisión de 15 de mayo de 1521 hay un cambio sustancial, pues «revocaron al Retor, y Viceretor antedichos y nombraron Rector a Juan Andrés Strany, maestro en theología, para tiempo de tres años con salario de 25 libras […] para la de Poesía, a Juan Angel Gonzalves». Desaparece la cátedra de Oratoria en dicho año así como el nombre de Alonso Ordóñez. Manuel V. Febrer anota:

Por autorización a Alonso Ordóñez para ausentarse de Valencia efectuada por los jurados y consejo del Estudio el 21 de marzo de 1522, se nombró sustituto suyo a Tomás Benito de Perales para que impartiera sus clases hasta san Juan de junio, cf. AMV, MC, A-59, f. 708v y 709r. Como buena parte de los catedráticos de la época, Ordóñez estaba endeudado con prestamistas, habiendo cedido su salario a cierto Francesc Caçorla en pago de deudas, cf. AMV, LN, e-3, núm. 33, f. s/n. (Febrer, 2003: 245, n. 767).

Así pues, Alonso Ordóñez fue nombrado catedrático de Oratoria en 1515; no sustituyendo a Alonso de Proaza, sino a Juan Partenio Tovar, quien era su titular desde las primeras Constituciones de la Universidad del año 1498, cap. LII: «é per Mestre principal de legir de Poesía é art oratoria mestre Joan Partheni, Ytaliá»4. Cátedra que se desdoblaría en Poesía y Oratoria el año de 1503, siendo ambas ocupadas por Juan Partenio hasta 1513-1514 (Teixidor, 1976: 158, 173, 176 y 177).

Por los datos que conocemos, Alonso Ordóñez fue un maestro querido por sus discípulos, como así lo atestigua Joan Baptista Anyés (Agnesio) en su poema dedicado Ad amantissimum suum Alphonsum Ordonium, graecarum latinarumque mussarum cultorem, Valentino Gymnasio rhetoricem stipendio publico profitentem de 1521, integrado en su Apologia in defensionen virorum illustrium equestrium bonorumque civium Valentinorum, in civilem Valentini populi seditionen quam vulgo Germaniam olim appellantur… Valencia: Juan Baldovino y Juan Mey, 1543. También Francesc Dassió (Francisco Decio) dedicó elogios a su maestro de Oratoria Alonso Ordóñez en De scienciarum et Academiae laudibus. Valencia, 1545, pp. 3-4 (García Martínez, 1985: 733, n. 153).

Ottavio Di Camillo planteó dudas más que razonables sobre que el primer traductor de la Tragicomedia fuera el catedrático valenciano Ordóñez:

[…] hay aspectos de la vida del traductor que difícilmente puedan convenir con las muy escasas actividades intelectuales del catedrático valenciano del mismo nombre, que parecen limitarse a su enseñanza de la retórica y a su labor de editor de textos latinos […].

El Alfonso Hordógnez que traduce La Celestina es, en cambio, un discreto poeta en lengua italiana. No sólo traduce los versos acrósticos y las estrofas finales de Proaza en «ottava rima», una forma poética muy utilizada en la Italia de la época, sino que tiene una cierta soltura y, añadiría, experiencia, en componer sonetos. No hay que olvidar que después de Santillana ningún poeta castellano intentó cultivar esta nueva forma métrica y hay que esperar otras dos décadas para que el endecasílabo arraigue en España con Boscán y Garcilaso. No cabe la menor duda de que el Hordógnez traductor tenía un buen conocimiento de la versificación italiana; en efecto, el acróstico y las estrofas finales del corrector que Hordógnez recompone en italiano parecen indicar que no era un principiante en escribir poemas. En breve, aunque no sabemos cuál función haya tenido en la curia papal, su dominio de la lengua italiana, tanto por lo que se puede colegir de la traducción como de la prosa y versos de su propia cosecha, revela que había vivido muchos años en Italia, y no siempre en Roma, y que estaba bastante condicionado por la cultura italiana hasta el punto que posiblemente le resultaría más cómodo escribir en italiano que en castellano (Di Camillo, 2012: 222-223).

Efectivamente, el Alphonso Hordognez que traduce La Celestina es alguien que domina la lengua italiana, por lo que lleva tiempo en Italia; es conocedor, como indica Di Camillo, de la vesificación italiana; y, finalmente, para llegar a ser «familiar» del papa Julio II tuvo que estar bien relacionado con la curia romana, como así lo demuestra la petición que le hizo la «Illustrissima Madonna Gentile Fletria de Campo Fregoso» para que tradujera la Tragicomedia de Calisto y Melibea y posteriormente le fuera dedicada. Devid Paolini, en su estudio sobre la «dedicataria», hija natural de Federico de Montefeltro, duque de Urbino, nacida aproximadamente entre 1457-1460, apunta:

Cabe también otra posibilidad […] que Hordognez trabajara ya en la curia romana y decidiera llevar a cabo la tarea de traducción tanto por la invitación de Gentile Feltria y por los favores que esperaba recibir a cambio, como para ganarse todavía más el favor de Julio II, que tantas relaciones tenía con la corte de Urbino y la familia Montefeltro.

[…] De todos modos, consideramos muy probable la posibilidad de que Hordognez y Gentile hubieran podido conocerse durante el pontificado de Julio II cuando, por las razones señaladas, las relaciones entre el papa Della Rovere y la familia Montefeltro eran muy estrechas y a la corte de Urbino se la consideraba uno de los centros culturales más importantes de la península italiana y escenario ideal para formar parte luego del entorno papal (allí se reunieron, como hemos visto, Pietro Bembo, Baltasar Castiglione y también Bernardo Dovizi de Bibbiena, entre otros) (Paolini, 2011: 278).

En la actualidad tenemos conocimiento de otro eclesiástico, Alphonsus Hordognez, que embarca en Venecia como peregrino a Tierra Santa en mayo de 1515. Información que incluye Carla Perugini en su edición del Spechio vulgare per li sacerdoti de Francisco Delicado:

Los que desde el norte de Europa deseaban ir a Tierra Santa, una vez llegados a Milán, se embarcaban en Pavía para descender el Po hasta Venecia, donde, ya vestidos de romeros, tenían que esperar un embarque para Jaffa. El heterogéneo grupo del que hacía parte Opizonibus en mayo de 1515 estipula un contrato con el dueño de una galera, Marco Antonio Dandolo. Entre los alistados está otro personaje famoso en el mundo de los impresores venecianos como traductor, Alfonso Ordóñez, «presbiter, canonicus hispalensis, parafrenarius sanctissimi domini nostri Leonis pape» (Delicado, 2021: 157).

Por su importancia, incluyo la transcripción de las partes más sustanciosas del contrato para el transporte de los peregrinos desde Venecia a Jerusalén:

Ihus

Die 29 maij 1515.

In nomine domini nostri Jhesu Christi ac gloriose virginis matris Marie. Amen.

Venetiis in domo nobilis viri domini Bernardi de Marchonis.

Cum sit quod dominus Marcus Anthonius Dandulus, filius domini Johannis, patronus ac particeps, posuerit galeam pro viagio sancti sepulchri, participe etiam domino Bernardo ac domino Anthonio de Marchonis et naullizaverint dictam galeam pro dicto viagio Zaffi, presentibus tholomagijs et Pandulpho Cimatore et Johanne Frandio, stringario, et Dimitrio Zocolerio et honnesto Barthollomeo de Lilla in Flandria, cum nobilibus viris, videlicet magnifico domino Georgio de Strayperch, magnifico domino Petro Falch, ambobus allemanis, tamquam principalibus et nominibus suorum sociorum videlicet numero 13 qui veniunt ad dictum viagium Zaffi; et quod dicti dominus Marcus Athonius et Bernardus, ac Anthonius de Marchonis debent conducere dictos dominos peregrinos ad viagium Zaffi cum dicta gallea, que sit et esse debeat bene fulcita suis hominibus, ac armaturis, ac artellarijs et omnibus alijs requirentibus ad dictum viagium, ut dicti domini peregrini possint ire ad dictum viagium sine aliqua suspicione et inpedimento aliquo, sicut alias predicti domini de Marchonis fecerunt. Et dicti domini peregrini se obligant et remanserunt concordes cum dictis dominis Marco Anthonio Dandullo et Bernardo, ac Anthonio de Marchonis, dare pro quolibet dictorum peregrinorum ducatos quinquaginta quinque auri, presentibus dictis thollomagijs. Et dicti domini Marcus Anthonius et Bernardus promiserunt personaliter ire ad dictum viagium Zaffi cum dicta gallea, una cum dictis dominis peregrinis, qui promiserunt dare dictis dominis Marco Anthonio Dandulo et Bernardo ac Anthonio de Marchonis ducatos 55, ut supra dictum est, pro quolibet dictorum peregrinorum, cum ac tamen condicione, quod per eos observentur pacta et articulos infra scriptos dictis dominis peregrinis…

[Se incluye contrato con los peregrinos en el caso de que alguien falleciera o no pudieran llegar a Tierra Santa]

Nomina reverendorum, venerabilium, magnificorum ac nobilium dominorum, necnon aliorum honestorum et devotorum peregrinorum simul profectorum ad terram sanctam in gallea domini Marci Anthonii Dandulo, anno Domini millesimo Vc XV°:

Ex Alamania et Germania sub imperio romano:

[…]

[Listado de peregrinos de diferentes países]

[…]

Ex regnis Hispanie, spirituales:

—Dns Alphonsus Hordogniez, presbiter, canonicus hispalensis, parafrenarius sanctissimi domini nostri Leonis pape.

—Dns Haryas Veneras, presbiter.

—Frater Cristophorus Martin.

—Frater Johanes Baptista.

Laici yspani:

—Dns Didacus Sansis de Sancto Jacobo.

—D. Lope Biscainus.

Mulieres hispanie:

—Ysabella Dimagis de Sancto Jacobo.

—Elionora Martin.

—Ysabella de Civita Siniglia.

—Anna Nonis de Nebla.

(Iste quattuor honeste mulieres vistite erant in habitu tercij ordinis minorum, nescio si conventuales fuerint).

[…]

Ex Rodo:

[…]

—Frater Petrus Galvanus, hispanus, presbiter ordinis sancti Johannis […].

Isti quattuor infranotati aliquibus eorum negociis in Rodo intendentes, neglexerunt discessum gallee et non potuerunt perficere eorum pregrinatorum.

—Frater Didacus de Gaona, ordinis sancte Trinitatis, de Burgo, hispanus
(Diesbach, 1889: 265-273).

En la relación de españoles que se embarcaron hacia Tierra Santa se nombra a un religioso, Alphonsus Hordogniez, presbítero, canónigo y parafrenario del papa León X. Cabe reseñar que en el listado de los peregrinos se enumeran los personajes según su importancia, primero los eclesiásticos o espirituales, luego los laicos; finalmente las mujeres (en este caso monjas trinitarias). Entre los espirituales se cita en primer lugar a Alfonso Hordógnez, hispano. Si tenemos en cuenta que el traductor de la Tragicomedia al italiano era un «familiar» del papa Julio II5, no sería muy descabellado pensar que siguiera en la curia romana al lado de quien le sucedió en la tiara, el papa León X, acumulando nuevas dignidades eclesiásticas.

Prácticamente, casi todos los «familiares» de los papas obtuvieron cargos eclesiásticos y/o prebendas. De todos es conocido que Giovanni di Lorenzo de Medici, hijo de Lorenzo el Magnífico, al ser elegido papa León X gastó prácticamente todos los fondos del tesoro papal, llegando en pocos años a recurrir a préstamos bancarios. Le gustaba rodearse de eruditos y poetas, era un amante de las fiestas, pero sobre todo benefició a sus familiares. Para lo que interesa en este caso, creó o reformó la sala de los claroscuros en el antiguo núcleo medieval del Palacio Apostólico, que sería la sede de los cubicolarii, es decir, los encargados de la vigilancia del cubiculum, el dormitorio del pontífice; y de los palafrenerii, a quienes correspondía la tarea de transportar a hombros la silla gestatoria del papa. Sabemos por la bula papal del año 1514 que: «Ordinamus haberi pro persona nostra unum magnum equum, unum corserium, duos Palafredos […] et ad ipsorum custodiam deputentur quatuor Palafrenarii, qui comedant in hospitio» (Dufresne, 1845: 90).

Ser palafrenero del papa León X significaba tener una relación estrecha con el pontífice, una cierta familiaridad, pero sobre todo confianza, pues por su cercanía debían de ser fieles y leales6. No sabemos cuándo fue nombrado Alphonso Hordognez presbítero y canónigo, si en la época de Julio II o en el papado de León X, pero son dos cargos importantes. Como presbítero se le confirió, por el sacramento del orden, el segundo grado de la jerarquía eclesiástica, siendo el representante de un obispo y habilitado para actuar como responsable de un santuario, una parroquia o división de su diócesis; como canónigo (el nombramiento correspondía a la Santa Sede) estaría al frente de una canonjía, por tanto, con una renta o beneficio dependiente de un cabildo o iglesia colegial.

Nicasio Salvador, al estudiar la estancia de los españoles en Roma durante el periodo de los Reyes Católicos, concluye que responde a diferentes motivos: desde razones comerciales y/o económicas, a las eclesiásticas y/o políticas. Roma atrajo a una amplia cifra de clérigos empeñados en lograr una carrera eclesiática en el entorno del pontífice, de la curia o de los altos jerarcas de la Iglesia. Pero también:

Un grupo numeroso de esos eclesiásticos se movió en el entorno de la curia, formada por los organismos y las personas que auxiliaban al papa en el servicio personal, doméstico o burocrático, la cual, tras su profunda renovación a partir de Martín V, aparecía bajo la forma de una familia, por lo que sus integrantes, poseedores de una formación sustanciosa, recibían el nombre de familiares papae, lo que los situaba en una posición privilegiada para la promoción eclesiástica. En diversos puestos de la curia encontramos a hispanos que, en buena parte, desarrollarán también una labor literaria y cultural (Salvador, 2012: 53).

Bajo mi punto de vista, Alphonso Hordógnez, traductor de la Tragicomedia de Calisto y Melibea a la lengua italiana en 1505 (y publicada por Eucharius Silber en 1506), formó parte de los españoles con cultura académica-universitaria que se establecieron en la curia romana, posiblemente en la época de Alejandro VI, manteniéndose en los pontificados posteriores de Julio II y León X, primero como «familiar» y posteriormente canónigo y «palafrenero»7, escalando así en su carrera eclesiástica. No es de extrañar que traduzca La Celestina a petición de Madonna Gentile Fletria de Campo Fregoso, en un intento de agradar al papa Julio II, quien mantenía una excelente relación con la corte de Urbino y la familia de Montefeltro,
muy similar a la que tendría posteriormente León X al entregar el ducado de Urbino a su sobrino Lorenzo II de Médici.

Para finalizar, pienso que existe una coincidencia más que probable entre los dos Alphonso Hordógnez de los que tenemos constancia en Italia: el «familiar» del papa Julio II, y el «palafrenero» de León X. Si así fuera, sería imposible que el traductor de La Celestina tuviera relación con el Alonso Ordóñez, catedrático de Oratoria del Estudio General de Valencia en 1515, pues en dicha fecha el otro Alphonso Hordógnez embarcaba hacia Tierra Santa. Por otra parte, es muy improbable que alguien que ha estado al servicio de la curia romana y del papado no consiga ninguna prebenda eclesiástica y aparezca posteriormente en la toma de posesión de la cátedra en Valencia como simple «maestro», cuando siempre se indicaba el cargo monástico y/o eclesiástico que ostentaba en su nombramiento, así como si era «doctor» en alguna disciplina. Finalmente, el «maestro» Alonso Ordóñez, por los datos que conocemos, dominaba el latín (y posiblemente el griego), pero nada sabemos de su posible conocimiento de la lengua italiana para que fuera capaz de realizar una traducción semejante, que implicaría largo tiempo de estancia en el país y conocimientos de la lengua y cultura italiana.

Pienso, por tanto, que las nuevas investigaciones tendrán que dirigirse hacia la curia romana si queremos tener más datos sobre Alphonso Hordógnez y su trayectoria religiosa-profesional, pero quedaría por dilucidar ese interés de cierta nobleza italiana por las obras de ficción castellanas al imprimirse la Tragicomedia en fecha tan temprana a petición de una noble, así como la interpretación del texto bajo una nueva moralidad (al igual que en España), cuyo resultado fue la aceptación sin fisuras del texto por la nobleza y la curia romana, como se demuestra por la cantidad de ediciones que se imprimieron, tanto en italiano como en castellano en el país transalpino de esta obra maestra de la literatura española (Tobar, 2005; Saguar, 2020).

Bibliografía

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Recibido: 23/05/2021

Aceptado: 31/07/2021

Alphonso Hordognez versus Alonso Ordóñez.
Sobre el traductor de
La Celestina al italiano

Resumen: En este artículo reviso la personalidad de Alphonso Hordognez, traductor de La Celestina o Tragicomedia de Calisto y Melibea al italiano en 1505 y publicada en Roma en 1506, diferenciándolo del profesor homónimo de Oratoria del Estudio General de Valencia.

Palabras clave: Alfonso Ordóñez, traductor Celestina italiano.

Alphonso Hordogne versus Alonso Ordóñez.
About
The Celestina translator to the italian language

Abstract: In this article I try to review the personality of Alphonso Hordognez, translator of Tragicomedia de Calisto y Melibea (La Celestina) into Italian in 1505 and published in Rome in 1506, differentiating him from the homonymous professor of Oratory at the General Study of Valencia.

Keywords: Alfonso Ordóñez, Italian Celestina translator.


1 Estas investigaciones continúan las clásicas de Wagner (1988), Kish (1973), Scoles (1961), etc.

2 Debemos a Carla Perugini un nuevo dato sobre Alphonso Hordognez en Italia, del que trataré en la segunda parte de este artículo. Quiero agradecerle su incitación a que realizara este estudio.

3 Los textos latinos que editó y publicó Alonso Ordóñez fueron: Relectio noua de accentu latino aut latinitae Donato de Antonio de Nebrija. Valencia: Juan Joffre, 1518; y Poemata: in quibus supreme laudes Catholicorum Regum continentur que sunt: Pluto furens, Ianus, Inachus, Equestria, Satyra, Victoria, Convivium regium, Varia item ad diversos epigramata lectu sapida & utilia… de Pedro Mártir de Anglería. Valencia: Juan Viñao, 1520.

4 «En los antiguos registros de la universidad valenciana se lo tuvo por extranjero “Maestre Joan Partheni, italià”, según la pertinente corrección citada por D. W. McPheeters, El humanista español Alonso de Proaza, Valencia 1961, 31, n. 67. La base de toda la información sobre este olvidado humanista sevillano fue el estudio de un erudito dieciochesco publicado más de un siglo después, L. Galiana, “Cartas eruditas”, El Archivo V, Valencia 1891, pp. 321-331, reproducido en apéndice por J. Salvadó Recasens, “Joan Parteni Tovar, mestre de Vives a la Universitat
de València”,
Studia Philologica Valentina 1 (1996), pp. 125-143, pp. 132-143» (Solís de los Santos, 2012: n. 50).

5 Por ejemplo, he entresacado algunos de los «familiares» conocidos del papa Julio II: —Achille Grassi, quien mantenía muy buenas relaciones con Giuliano della Rovere desde su obispado en Bolonia; cuando fue nombrado papa bajo el nombre de Julio II en 1503 le impulsó en su carrera eclesiástica, nombrándole capellán y «familiar» y ofreciéndole varios beneficios eclesiásticos: en 1506 fue nombrado obispo de Città di Castello, etc. —Don Pedro de Villalón, deán de Tudela, fué camarero pontificio, protonotario apostólico y «familiar» del papa; la curia de Tarazona protestó por los privilegios y distinciones concedidas por el papa Julio II a su «familiar Villalón en julio de 1512», mucho más amplios que los obtenidos en su favor cuando era deán de Calatayud.

6 Sabemos que el papa Pío III contaba «Como familiares de segundo rango 7 furrieles y guardianes, 34 ujieres y palafreneros»; con León X «la cifra global de los familiares: 244 domini, 174 officiales […] el incremento registrado en el número de los efectivos de la familia papal en todos sus componentes; un incremento que debe ponerse en relación a la centralización de la corte papal durante el Renacimiento y a la pompa y opulencia de aquel modo de vida […] Tal como muestran los perfiles biográficos de los 28 prelados domésticos, el séquito más íntimo de la familia papal de León X estaba compuesto por toscanos, una prueba más del fuerte nexo que se establece, con el retorno del papa al Vaticano, entre la nacionalidad del soberano pontífice y la composición de su familia de Palacio. Pero había también prelados que, de forma casi general, habían iniciado ya antes su carrera, dando pruebas de sus habilidades en varios sectores: en la Camera, en misiones diplomáticas o en el ejército […] detentar un oficio doméstico implicaba una relación de fidelidad absoluta, pero no significaba de ninguna manera servir solamente al pontífice ni especializarse en una sola misión: el familiaris podía ser sucesivamente camarero secreto, oficial de finanzas, diplomático e incluso, hasta una cierta época de su vida, soldado» (Visceglia, 2008: 94-95).

7 Por ejemplo, Gabriel Rodríguez de Casal de Raros también fue por las mismas fechas «palafrenero» y «comensal perpetuo» de León X, hasta que regresó a Galicia en 1516 con diferentes cargos y beneficios eclesiásticos: canónigo de la catedral de Santiago y de la colegiata de Muros y arcediano de reina (1521). También fue cura de Santa María dos Baños (Cuntis) y deán de la catedral de Lugo como mínimo desde 1518, etc. (Faro de Vigo, 28/12/18). Otro «palafrenero» español del papa (en este caso de Clemente VII) y canónigo, fue Juan de Lobera, canónigo oscense (Durán, 1984: 40).