En la órbita del refrán y de la locución.
Estudio de la glosa de 1541 a los
Refranes que dizen las viejas tras el fuego
Santiago Vicente Llavata
Universitat de València
Santiago.Vicente@uv.es
1. Los Refranes que dizen las viejas tras el fuego (1454) de don Íñigo López de Mendoza, punto de fuga de la paremiología hispánica
La figura de don Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana (1398-1458), disfruta de una perennidad que se agranda con el paso del tiempo. En el imaginario colectivo de la comunidad cultural hispánica, se le recuerda vivamente como el poeta que cantó a las serranas peninsulares en un marco geográfico de solar conocido (Lapesa, 1957). De forma complementaria, desde una vertiente pretendidamente culta, se le conocen dos hitos historiográficos de primera magnitud en el seno de la historia literaria europea. Por una parte, destaca como el primer poeta en incorporar el molde compositivo del soneto —forma inédita hasta el momento— en la literatura hispánica. Por otra, fue el primer autor en redactar en una lengua romance una historia de la poesía europea desde los primeros trovadores provenzales hasta las generaciones precedentes al marqués.
Pero no se acaban aquí las aportaciones magnificentes de este noble castellano, pues su faceta como promotor cultural y bibliófilo nos ha legado uno de los más valiosos fondos bibliográficos en el marco amplio de la cultura europea. En esa brillante tarea de liderazgo humanístico, don Íñigo López de Mendoza supo reunir a su alrededor a los eruditos más reputados de su época, como Pero Díaz de Toledo, Alonso de Cartagena, Martín de Lucena o Martín de Ávila, entre otros, inmersos en la polifacética labor de traducir a los clásicos. Fruto también de esa tarea de promoción artística y cultural son sus preciosos cancioneros individuales, emanados de su scriptorium, que recogen de modo singular la mayor parte de su universo creativo.
Incluso, tal como se viene defendiendo (Vicente Llavata, 2008a, 2011, 2012, 2022a y 2022b), don Íñigo López de Mendoza puede considerarse también como el primer compilador del universo fraseológico del español en sus más diversas manifestaciones. En este sentido, hay que recordar que escribió en 1437 Proverbios o centiloquio, obra poética dirigida al príncipe Enrique IV de Castilla, compuesta por cien coplas de pie quebrado con sus respectivas glosas, e inscrita en la tradición literaria sapiencial. Pero lo que confiere a nuestro autor ese título de primer paremiógrafo constituye el hecho de haber compilado la colección de paremias Refranes que dizen las viejas tras el fuego, «a ruego del rrey don Juan»1.
Por más que se conozca algún antecedente libresco a los Refranes2, lo cierto es que esta bella colección de paremias puede catalogarse como el primer refranero impreso en tierras peninsulares; algo así como el punto de fuga de la paremiología hispánica3. Y ello tanto por su antigüedad como por su asombrosa capacidad de influencia, con una proyección vigorosa a lo largo de los Siglos de Oro, materializada en cinco impresiones desde 1508 hasta 1542 (Bizzarri, 2001b: 111), marcando con ello el camino sobre el que habrían de transitar los modos de recolección paremiológica de los siglos venideros4.
Partiendo de estas notas historiográficas, el objetivo fundamental de este artículo es el de explorar las lindes de la formulación paremiológica, que parecen desdibujarse en la expresión lingüística de las glosas que acompañan a cada uno de los refranes en el texto impreso en Valladolid en 1541 por Francisco Fernández de Córdoba 5, único testimonio que incluye glosas a los refranes. Para ello, la metodología diseñada se articulará en dos niveles de análisis: de un lado, se estudiarán las glosas en su condición de formulaciones pseudoparemiológicas de signo especular en su relación simbiótica con los propios refranes y, de otro, de acuerdo con una interpretación del conjunto de las glosas como un repositorio histórico-fraseológico, se examinará el proceso de institucionalización de las locuciones registradas, enmarañadas en dichas formulaciones pseudoparemiológicas6.
2. La glosa de 1541 y su condición paremiológica especular
Más allá de algunas pocas glosas caracterizadas por formularse con una explicación prolija, la mayor parte de estas se concentra en un solo renglón, por lo que su extensión se reduce, por tanto, al marco de una oración7. Así, en el caso de la glosa al refrán No ay bien conocido hasta que es perdido, la glosa se concreta en esta extensa formulación expresiva: «La privación del bien causa sentimiento y el sentimiento de su falta, lo qual estorua la presencia de la cosa. Y por eso no se tiene el bien en lo que es hasta que es perdido». Igualmente, para la paremia Ojos que no ven, corazón que no quiebra, la glosa dice así: «Por la vista de las cosas venimos a pensarlas y tener sentimiento de ellas, y, por tanto, lo que no se conoce no se piensa ni puede quebrar el corazon con sentimiento». En otro caso, en el refrán Quien no a menor, no a honor, también se ofrece una explicación prolija: «La honrra consiste en la recurencia exterior, la qual comúnmente haze al inferior al superior, y, por eso, quien carece de menor tambien carece de honor».
De forma complementaria a dicha condición de prolijidad constatada en las muestras textuales anteriores, se registran otras glosas con una formulación lingüística caracterizada por enhebrar, de alguna manera, glosa y refrán, mediante una relación lógica de tipo causal:
(1) Por que sin tercera raramente o nunca hierra la buena muger (466).
(2) Por que entramas cosas de amigos hacen enemigos y perdidosos (480)8.
Frente a dicha prolijidad en el comentario explicativo del refrán, se da en la práctica totalidad del texto el procedimiento contrario, esto es, la brevedad y concisión mediante el empleo de estructuras oracionales de tipo atributivo, como las que siguen9:
(3) La porfía odiosa es muy dañosa (186).
(4) Enseñar a necios es perder tiempo (196).
Bizzarri destaca la finalidad moralizante reflejada en las diferentes glosas, hasta el punto de afirmar que «la impresión de Valladolid de 1541 es, pues, una reelaboración del texto de los Refranes» (2001b: 114-115). Dicha intención ejemplarizante, concretada en una suerte de moralidad virtuosa, la cual «no siempre parece directamente ligada a la sabiduría popular», se expresa en términos gramaticales mediante el empleo recurrente de perífrasis verbales de modalidad deóntica, como en las glosas que siguen10:
(5) Quando es agrauiado el injuriador, el injuriador deue ser denostado y apocado (463).
(6) Quien algo quiere valer o poseer algo a de padecer (653).
Partiendo de estudios ya clásicos como el de Lázaro Carreter (1980) en torno a las características definitorias del refrán, se observan ciertos rasgos en la glosa de 1541 que coinciden con dichas propiedades (Bizzarri, 2001b: 116-117), por lo que cabe conjeturar que el redactor de estos comentarios explicativos pudo tener en mente la propia estructura de las paremias para elaborar dichas glosas. Con ello se crea un plano especular entre ambas expresiones lingüísticas (refrán y glosa), que parecen ser un reflejo mutuo, a medio camino entre los procedimientos de la sintaxis y los patrones del discurso repetido.
Se constata, en este sentido, un subconjunto de glosas que, por su propia estructura gramatical —materializada en la elipsis y en la concisión sintáctica—, sin olvidar los componentes congénitos de ritmo y rima, bien pudieron percibirse en el uso lingüístico del español áureo como paremias o, cuando menos, como enunciados proverbializados11:
(7) A mal encuentro dalle de mano (66).
(8) Renzilla de palabras destruye las virtudes (185).
(9) No ay braveza que con cautela no se dome o venza (679).
(10) Las miserias y adversidades descubren los finos amigos (706).
Dicha apariencia de refrán se concreta en otras glosas con el empleo de una estructura bimembre de diverso signo: en forma de combinados prepositivos, de grupos nominales o de una combinación de grupos adjetivales y nominales:
(11) En ausencia no se negocian las cosas también como en presencia (110).
(12) De viles personas, viles obras se deuen esperar (202).
(13) Mas aprouechan pequeñas obras que largas palabras (420).
(14) La composicion vana y pomposa de las personas conuierte en envidia o cobdicia los ojos de todos (485).
(15) Con esperanza que la muerte atajara los debates sustentan muchos neciamente su trabajosa y peligrosa vida (486).
(16) El que quiere satisfacer el mucho mal que hizo con poco bien es como desden (572).
Se advierte asimismo una cantidad apreciable de glosas que presentan rimas internas, muchas de ellas de tipo consonante, como en los casos siguientes:
(17) Madre astrosa en solo nombrarse es enojosa (436).
(18) El que no sabe escoger lo que es obligado a ningun bien va encaminado (464).
Y, en otros casos, con rima interna de tipo asonante:
(19) La hazienda mal ganada asy ya su poseedor infama (208).
(20) Quien tiene ocasion de pecar del que a pecado no diga mal (563)12.
En una línea paralela a los aspectos de rima, se registran algunos casos de repetición léxica en el seno de una misma familia etimológica, lo que no deja de ser un procedimiento de recursividad rítmica incardinado en el fenómeno general de la rima («poquedades-apocada»; «mezquino-mezquinamente»; «escarnecer-escarnece» y «prometido-prometió»):
(21) El que trata en poquedades apocada tiene la ganancia (547).
(22) El que es mezquino mezquinamente es seruido (581).
(23) Gran contentamiento da escarnecer al que de todos escarnece (583).
(24) Lo prometido deuese cobrar con tiempo por que no se arrepienta el que lo prometió (586).
También un número significativo de glosas se conforma con componentes gramaticales que facilitan la enunciación en los refranes y sentencias como las formas «quien» y «cuando»13:
(25) Quien haze cosa fea que sufra su vergüenza y pena (179).
(26) Quando la eleción es por ynspiracion diuina aunque sea de si mesmo es fina (511).
Otro molde sintáctico muy empleado en el proceso de fijación de refranes es el uso de una estructura comparativa, concretada en la glosa de 1541 en las secuencias discontinuas «Más... que» y «Peor... que»:
(27) Mas vale poco sy es cierto que mucho quando esta dubdoso (214).
(28) Peor es la diuision que rompa la vnidad que no la que parte la amistad (528).
Finalmente, se hace necesario aludir a un fenómeno recurrente como es la focalización sintáctica, orientada a conferir realce informativo a un contenido dado:
(29) Osadía desuergonzada muestran las mujeres que desprecian a sus maridos (439).
(30) El regalo de la persona muchas cerimonias y delicadezas demanda (701).
(31) Quien malas inclinaciones tiene, por beneficios que le hagan, no las pierde (707).
3. La glosa de 1541 como repositorio histórico-fraseológico
Una vez que se ha comprobado la condición especular con que parecen manifestarse las glosas que acompañan a los Refranes, en este apartado se quiere subrayar la idoneidad de acercarnos también al conjunto de la glosa como un repertorio histórico-fraseológico en sí mismo del que pueden extraerse informaciones relevantes sobre el proceso de institucionalización de numerosas unidades fraseológicas en el marco propio del español áureo, y todo ello con la finalidad de contribuir a la delineación de la historia global de las unidades fraseológicas (Echenique Elizondo, 2003, 2021 y 2023). En este sentido, se dispone un inventario exhaustivo de las unidades fraseológicas que se registran en el marco sintáctico más amplio de los refranes y de su glosa de 1541. Se trata, a fin de cuentas, de una relación simbiótica, también especular en cierto modo, entre ambas manifestaciones de «discurso repetido»: locuciones que gravitan en la órbita del enunciado del refrán y de su glosa.
De acuerdo con el inventario de locuciones conformado, se ha decidido articular este análisis en tres subepígrafes: en un primer subapartado se ofrece una descripción global del material fraseológico de la glosa de 1541, ordenado en sus diferentes tipos. En un segundo subapartado se atiende a una esfera de locuciones verdaderamente significativa en el conjunto de la glosa de 1541, agrupadas en torno a la dimensión temporal. En el tercer subepígrafe se destaca también otro subconjunto relevante de locuciones, anudadas en este caso en torno al concepto del amor y de su complementario semántico, el odio.
3.1. La inserción de locuciones en los Refranes y su glosa
Tal como se ha expuesto anteriormente, en este primer subepígrafe se ofrecerá una descripción global de las locuciones representadas tanto en la glosa de 1541 como en los Refranes. En virtud del material fraseológico inventariado, se clasificarán estas en tres clases: locuciones adverbiales, verbales y prepositivas.
En la primera esfera, que se corresponde con las locuciones adverbiales, se advierte un conjunto de unidades fraseológicas fijadas mediante un molde sintáctico común [P + N], en que N resulta en todos los casos un sustantivo y en el que la preposición de inicio más frecuente es «a». Tal como ha sido destacado en las diferentes aportaciones recientes sobre la fraseología del español actual (García-Page, 2008), este esquema resulta el más representativo en la conformación de este tipo locucional; hecho que se ve corroborado con el empleo de las locuciones adverbiales y de otro signo con que sazonó don Íñigo López de Mendoza sus obras (Vicente Llavata, 2010, 2011, 2013 y 2022c). Si bien todavía queda mucho camino por recorrer hasta desentrañar de forma precisa y profunda los procesos históricos por los que se han ido forjando dichos tipos locucionales a lo largo de la historia de la lengua española:
(32) El que habla a propósito buena massa haze (103).
(33) Con poco trabajo no se acostumbra a ganar mucho bien, aunque sea a destajo (374).
(34) El que esta contento y a sabor no es para otros gastador ni negociador (500).
(35) Quando el edificio no a de ser bien tratado basta que se haga como de prestado (502).
(36) La cosa que es en publico pregonada de muchos es despreciada (537).
Las locuciones verbales recolectadas aquí, insertas en la segunda esfera, se caracterizan por haberse lexicalizado en una estructura gramatical simple, conformada por un núcleo verbal, complementado mediante un grupo nominal o prepositivo: [N + O (SN)] o [N + O (SP)]. Se hace necesario destacar el anclaje textual que presentan dos de ellas con el ámbito religioso:
(37) La aficion apasionada haze que paguen justos por pecadores (345).
(38) Trabajar do no se saca fructo es no hazer nada (86).
En otro orden de cosas, resulta interesante acercarse al grado de historicidad y vigencia en el empleo de estas locuciones verbales. Así, en algunos casos resulta ajustada su consideración de unidad fraseológica de acuerdo con un uso vivo en el español áureo, en cuya configuración léxica y sintáctica se adivina dicha condición «histórica»:
(39) Los gastadores siempre andan alcanzados (31).
(40) Quien se pone en seguro no padece traycion (168).
(41) La muchedumbre de apocada gente es tenida por nada (441)14.
(42) El ynteresse como quiera que se alcance da lustre y haze medrar a la persona (491).
(43) El placer o fiesta celebrada con contienda da mala estrena (649).
(44) Desalmado es quien, viendo la semejanca de la muerte, la pone luego en oluido (691).
En otros casos, por el contrario, puede llegar a sorprender la modernidad expresiva con que se emplean algunas de estas locuciones, puesto que, desde nuestra propia percepción como hablantes, las reconocemos en su uso actual, lo que indica, a fin de cuentas, las contradicciones latentes que suelen manifestarse entre nuestra percepción (socio-)lingüística y el grado efectivo de historicidad que presenta una unidad fraseológica dada, registradas ya en este texto impreso del siglo xvi:
(45) Poco medrara quien a todos da crédito (37).
(46) Ninguno es para tanto, quanta suele ser pregonado y loado (459).
(47) Quando los poderosos trauan pendencias, hazen estrago en sus pertenencias (536).
(48) Quando al ynhabil salen alientos no es mucho que el abil beua los vientos (602).
La tercera esfera está conformada por las locuciones prepositivas. También en este caso se advierte un procedimiento formativo mediante el esquema sintáctico [P + N + P], que resulta el más representativo en la generación de locuciones prepositivas (Vicente Llavata, 2011 y 2022c):
(49) Quien bien quiere en absencia de amor retiene el sonido de su afficion (174).
(50) El bien ajeno es mal parado y por esto se pierde en daño de su dueño (230).
(51) Gran compassion se deue al que esta en poder de sus contrarios (332).
(52) por que el cielo haze mudanza por voluntad de Dios (458).
(53) El juramento se haze para traer a Dios por testigo de lo que se dize o promete (599).
(54) Quando ynteresse se atrauiesa, no se deue confiar el negocio en juramento de quien pretende la cosa, sy no es persona virtuosa (634).
3.2. La representación de la dimensión temporal en los Refranes y su glosa
La presencia del tiempo como categoría conceptual anclada en la experiencia de la vida constituye un rasgo esencial en la expresión del refranero hispánico. También adquiere una relevancia especial en la glosa de 1541, en virtud de su relación especular con los Refranes, con hasta nueve locuciones que valoran el transcurrir del tiempo como suceso positivo o negativo, de acuerdo con la orientación moral del refrán:
(55) El que pierde el tiempo y sazón culpese a ssi mismo como a negligente (608).
(56) Manzilla en paño fino es abominada de contino (74)15.
(57) Paganse las ynjurias temprano o tarde (155).
(58) A la larga y en tiempo de nescessidad desdiza la fingida amistad (262).
(59) El mal ynclinado a vicios en todo tiempo deue huyr de las ocasiones (272).
(60) Do ay prudencia con tiempo se proueen los negocios (396).
(61) Medrar de presto con alguno causa admiracion a los que lo consideran (487).
(62) Quien no pone rienda en su apetito todo lo quiere consumir en breue tiempo (612).
En cuanto a los valores semánticos que se actualizan en el uso de dichas locuciones, se da la reiteración («de contino»), la inmediatez («en breue tiempo», «de presto»), el valor aproximativo proyectado a un tiempo futuro («con tiempo», «temprano o tarde», «a la larga»), la referencia a la totalidad («en todo tiempo») o a un lapso delimitado («en tiempo de»)16.
Con relación al grado de fijación fraseológica, se puede afirmar que la mayor parte de las locuciones registradas presenta una estabilidad gramatical consolidada, a excepción de la locución «temprano o tarde», que cuenta con un conjunto de variantes destacables. Así, junto a «temprano o tarde», se registran las secuencias «tarde o temprano» y «tarde o nunca», si bien se hace necesario matizar que la variante «temprano o tarde» se documenta hasta en tres ocasiones, mientras que el resto lo hace en una sola ocasión:
(63) El bien fecho no carece de premio, ca temprano o tarde es satisfecho (320).
(64) Los males que perseueran temprano o tarde se manifiestan (375).
(65) Tarde o temprano pagan los hommbres lo que mal hazen (515).
(66) Quando la mala yndignacion preualece contra la flaqueza natural, toda la con-uierte en mal obrar y así tarde o nunca los tales mejoran su vida (541).
(67) Los que tienen officios de señores temprano o tarde quedan pobres (592).
Si bien no podemos profundizar por limitaciones de espacio en la trayectoria histórica de la locución adverbial actual «tarde o temprano», sí que nos parece importante subrayar que la variante locucional «tarde o nunca» se documenta en la obra literaria de don Íñigo López de Mendoza, en la canción compuesta al alimón con Francisco Bocanegra, en la que puede leerse «atarde o nunca se aprende» (v. 115)17. Más significativa nos parece su presencia en la paremia Quien hadas malas tiene en cuna o las pierde tarde o nunca, recogida en los Refranes, pues nos permite vincular ciertas elecciones estilísticas en el marco amplio de su obra literaria, e iluminar así la cuestión pendiente de la autoría.
Finalmente, también en la conformación sintáctica de los Refranes se documentan locuciones vinculadas con la dimensión temporal, lo que pudo favorecer (e incluso acelerar) el propio proceso de fijación fraseológica de las unidades consideradas:
(68) A do te quieren mucho, no vayas a menudo (10).
(69) Vezinas a vezinas a las vezes se dan harinas (681).
(70) A cabo de cien años, marido, soys zarco (95).
(71) De ora en ora Dios mejora (197).
3.3. La expresión fraseológica del amor-odio en los Refranes y su glosa
En diferentes glosas se aprecia una secuencia locucional de tipo verbal recurrente. Se trata de la locución verbal «querer bien» (o «mal») [a alguien]18:
(72) Quien quiere bien en ninguna cosa desta vida halla dificultad (55).
(73) El mal y el bien a de ser común a los que bien se quieren (87).
(74) Quien bien quiere en absencia de amor retiene el sonido de su afficion (174).
(75) El amor grande aventura su vida por saluar lo que bien quiere (499).
(76) Los que bien se quieren por ningún desprecio que les digan de su amada mudan su voluntad (546).
Más allá de registrar la locución verbal «querer bien» (o «mal») [a alguien] en la glosa de 1541, también en las paremias contenidas en los Refranes se registran dichas locuciones, lo que da idea del fuerte anclaje sociolingüístico que presentaban estas combinaciones en la norma lingüística de la lengua castellana desde los primeros textos literarios:
(77) Échate a enfermar: veras quien te quiere bien y quien te quiere mal (240).
(78) A quien Dios bien quiere la casa le sabe (79)19.
(79) Mal me quieren mis comadres por que les digo las verdades (400).
(80) Bien te quiero mas bao (122).
(81) Quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can (596).
Estas secuencias lexicalizadas de tipo verbal se han configurado en español como un calco fraseológico a partir de la combinación verbal, ya lexicalizada en latín, «bene uelle» y «male uelle» (Glare, 1968-1982: 2099, s.v. «uolō»). Las unidades fraseológicas «querer bien» (o «mal») han cumplido, pues, su proceso de lexicalización, con su consiguiente institucionalización como locución verbal, tal como se recoge en el Diccionario fraseológico documentado del español actual (2017: 722-723, s.v. «querer»), codificadas bajo la unidad lemática «querer bien» (o «mal») [a alguien], y definidas como ‘sentir afecto (o aversión) [hacia alguien]’, y ejemplificadas con estas muestras textuales: «¿Tan mal me quieres? —Yo no te quiero ni bien ni mal, para que te enteres» y «No tiene ni idea de quién puede querarla tan mal»20.
4. Consideraciones finales
A lo largo de estas páginas hemos centrado nuestra atención en ofrecer un trazo completo de este texto impreso tan significativo en la historia textual de los Refranes. En el primer nivel de análisis proyectado, se ha pretendido destacar la condición paremiológica especular que se da entre los Refranes y las glosas que los acompañan. Así, rasgos como el empleo del ritmo y de la rima, el uso de estructuras bimembres, la activación de formas encabezadoras como «quien» o «cuando» y el empleo de la focalización sintáctica contribuyen a caracterizar una buena parte de las glosas como formulaciones pseudoparemiológicas que orbitan en torno al refrán, tal como si se produjese un reflejo especular entre ambas expresiones lingüísticas. En un segundo nivel de análisis, se ha intentado ofrecer una caracterización de la glosa de 1541 como un repertorio histórico-fraseológico, en el que se ha documentado una cantidad apreciable de locuciones, integradas en el marco enunciativo de la glosa, y que gravitan, desde una perspectiva de significado, alrededor de la paremia, que les da sentido y contexto.
Ciertamente, el proceso creativo en don Íñigo López de Mendoza responde en buena medida al procedimiento moderno de creación literaria, en su acepción más específica. Su escritura se asemeja, pues, a las pulsiones creativas de la modernidad literaria, en el sentido de conformarse como un extremado juego de referencias literarias y culturales de gran complejidad, tal como destacó en su día Pérez Priego (1983). Si su obra se entiende, pues, como una asombrosa constelación de estilos, registros y formas muy diversas, en armónica combinación y artificio tenaz, resulta hacedero integrar la producción de una obra como los Refranes que dizen las viejas tras el fuego en dicha concepción esbozada.
Ahora bien, en una última reflexión proyectada pretendidamente a futuro, nos gustaría destacar la diferencia en el tratamiento que don Íñigo López de Mendoza probablemente confirió a sus dos obras de naturaleza paremiológica, esto es, los Proverbios o centiloquio y los Refranes que dizen las viejas tras el fuego. De acuerdo con Rafael Lapesa, parece razonable pensar que para Santillana la enseñanza contenida en los refranes tenía un valor ínfimo en su comparación con el legado grecolatino, presente en los Proverbios:
Ahora bien, una cosa es emplear refranes e incluso recogerlos con curiosidad, y otra muy distinta reconocerles valor. El rey don Juan pudo gustar de este manojuelo de sentencias vulgares y contrastarlo con los doctos Proverbios elaborados por el Marqués. Pero tanto el monarca como el vasallo que los recogió los mirarían como juguete, divirtiéndose con su plasticidad expresiva, con la gracia de sus metáforas o con la malicia socarrona de su intención. Lo que seguramente no hicieron fue estimarlos como tesoro de sabiduría, como condensación de secular experiencia humana (Lapesa, 1957: 262).
El examen de estas consideraciones queda reservado a futuras incursiones en la obra del «marqués de los Proverbios», porque, como reza la glosa al refrán Alça el rabo rucia, que vanse los dé Olmedo del texto de 1541: «Perezoso es el que a ninguno remeda».
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Recibido: 31/08/2023
Aceptado: 08/01/2024
En la órbita del refrán y de la locución.
Estudio de la glosa de 1541 a los Refranes que dizen las viejas tras el fuego
Resumen: Los Refranes que dizen las viejas tras el fuego resulta una de las obras paremiográficas de mayor significación e influencia en la historia del refranero hispánico. Su historia textual encierra un testimonio de gran interés para el estudio histórico e historiográfico de la paremiología española: el texto impreso en Valladolid en 1541 por Francisco Fernández de Córdoba. En dicho ejemplar se glosa cada una de las paremias, algo que resulta inédito en el resto de ediciones impresas. El objetivo fundamental de este artículo es el de examinar dichas glosas partiendo de dos niveles de análisis: de un lado, se estudiarán las glosas en su condición de formulaciones pseudoparemiológicas de signo especular en virtud de su relación simbiótica con los propios refranes y, de otro, según una interpretación del conjunto de las glosas como un repertorio histórico-fraseológico en sí mismo, se examinará el proceso de institucionalización de algunas de las locuciones documentadas.
Palabras clave: literatura oral, paremiografía histórica, fraseología histórica, español áureo, imprenta.
In the orbit of the proverb and the idiom.
Study of the gloss of 1541 to the Refranes que dizen las viejas tras el fuego
Abstract: The Refranes que dizen las viejas tras el fuego is one of the most significant and influential paremiographic works in the history of the Hispanic collections of proverbs. Its textual history contains a printed testimony of great interest for the historical and historiographical study of Spanish paremiology: the printing made by Francisco Fernández de Córdoba in 1541 in Valladolid. In this testimony each of the proverbs is glossed, something that is unprecedented in the rest of printed editions. The main objective of this article is to examine these glosses based on two levels of analysis: one the one hand, the glosses will be studied in their condition as pseudoparemiological formulations of a specular sign in view of their symbiotic relationship with the proverbs themselves, and, on the other, according to an interpretation of the whole of the glosses as a historical-phraseological repertoire in itself, the process of institutionalization of some of the represented idioms will be examined.
Keywords: oral literature, historical paremiography, historical phraseology, Spanish of the Golden Age, printing press.
1 O, tal como recogen los testimonios impresos S (Sevilla, 1522) y D (Sevilla, 1542) «por mandado del rrey don Juan», lo cual no es una cuestión menor en la discusión en torno a la autoría.
2 Cantera Ortiz de Urbina y Sevilla Muñoz presentan el texto de los Refranes sin las glosas de 1541, si bien incluyen «el testimonio de otros refraneros, tanto medievales y clásicos como contemporáneos» (2018: 13).
3 Recordemos que don Íñigo López de Mendoza pasó a la posteridad con el apelativo de «marqués de los proverbios», y que Pedro Vallés lo honró a su vez como «sabio marqués». Recordemos también que el texto impreso de 1541, objeto de estudio de este artículo, fue una de las fuentes principales de La philosophía vulgar (1568) de Juan de Mal Lara (Bizzarri, 2001b: 118).
4 Para una visión general de la historia de la paremiología española, véase Bizzarri (1995: 1-11).
5 En la identificación y descripción del material fraseológico analizado, seguimos las aportaciones de Corpas Pastor (1996), Echenique Elizondo (2003, 2021 y 2023) y Sevilla Muñoz y Crida Álvarez (2013).
6 Por motivos de espacio, limitamos los ejemplos a un máximo de tres, si bien se apuntará en nota otras localizaciones, según la numeración establecida en el texto editado por Bizzarri (2001a).
7 Tal como se indica en el preámbulo: «y la glosa es breue por quitar fastidio y dar contento a los lectores» (f. 1v).
8 Por otra parte, dicha construcción causal también se documenta en las glosas 591, 594 y 609.
9 Otras glosas construidas mediante esta estructura sintáctica son 205, 341, 461, 478, 513 y 557.
10 Resulta muy recurrente el empleo de perífrasis verbales con valor deóntico a lo largo de todo el texto, presentes en las glosas 430, 438, 454, 473, 475, 482, 502, 503, 519, 520, 534, 535, 545, 578, 580, 586, 611, 620, 622, 625, 633, 634, 653, 664, 676, 678, 690 y 699.
11 Pla Colomer (2022) ha estudiado las denominadas «estructuras cuasiparémicas» en el Libro de buen amor y sus correspondientes procesos de desautomatización.
12 Otras glosas en las que se emplea la rima interna de tipo consonante son 73, 222, 477, 550, 570, 573, 585, 668 y 702. En las glosas 569, 600 y 606 se registra una rima interna de tipo asonante.
13 Otras glosas que empiezan con «quien» son 222, 270, 326, 363, 477, 563, 588, 595, 603, 605 y 612, así como con el encabezador «quando»: 536, 541, 542, 632, 638, 671, 689 y 699.
14 Se registra también su contrapunto semántico «tenerse por superior» (El que acomete se tiene por superior y por eso quien se defiende no haze poco, pues resiste a su mayor [449]).
15 Con el fin de ofrecer algún ejemplo de vinculación con otros textos de nuestra historia literaria, compárese el contenido de la glosa descrita con el fragmento siguiente: «tal es la verguença en el rey commo el panno blanco en que non ha manzilla ninguna», enunciado en Sendebar, y retomado unas décadas después en los Castigos e documentos para bien vivir ordenados por el rey Sancho IV y en textos sapienciales posteriores.
16 En Vicente Llavata (2008b) se analizó la trayectoria histórica de la locución adverbial «a tiempo» desde una perspectiva hispánica.
17 En el ms. 3755-3765 de la Biblioteca Nacional de España se lee «o tarde o nunca» (Pérez Priego, 1983: 109).
18 Para un análisis de las combinaciones y formas compuestas en torno a la familia léxica y fraseológica de la voz nuclear «querer», consúltese Vicente Llavata (2020, 2021 y 2022d).
19 En su historia textual se recoge la variante «quiere bien», localizada en los textos impresos S y D.
20 La locución verbal «querer bien» (a alguien) se codifica igualmente en el Diccionario de la Lengua Española (s.v. «querer»), definida como ‘amarla’.
Edad de Oro, XLIII (2024), pp. 253-267, ISSN: 0212-0429 - ISSNe: 2605-3314
DOI: https://doi.org/10.15366/edadoro2024.43.011